“Hay que cerrar las cachinerias”

L os ciudadanos de Guayaquil se ven agobiados y temerosos por los continuos crímenes que se incrementan en estos tiempos en la urbe. A los delincuentes no les importa (si sus víctimas) son menores, ancianos o de cualquier edad. Los matan sin tener reparo y a sangre fría porque no se dejan arranchar el celular.

El cuerpo policial, señor Director, debe hacer una constante requisa de armas, por lo general (los hampones) son jovenzuelos drogados que las portan, usan motos para los asaltos. Hay que terminantemente cerrar las cachinerías, donde libremente compran y expenden celulares robados.

Héctor García Rivera