Zanabria tiene un diplomado en Cirugía, Anestesia y Dermatología Veterinaria. Es pionero en diagnóstico de imágenes en la ciudad.

“Guayaquil es hoy una ciudad mas responsable con los animales”

Jorge Zanabria, director del Consejo Veterinario de León en Guayaquil, destacó el apego de las familias hacia sus mascotas.

Desde hoy hasta el viernes, aproximadamente 2.000 veterinarios de varios países se reúnen en el Centro de Convenciones para este evento. Habrá 13 expositores de Estados Unidos, España, Chile, Argentina, México y Brasil, además de Ecuador. Ellos realizarán 72 ponencias sobre diversos temas relacionados al diagnóstico, tratamiento y avances tecnológicos en medicina veterinaria. EXPRESO conversa con Zanabria sobre la importancia de esta cita, tanto para el campo médico, social, cultural e incluso turístico.

- ¿Por qué el evento que congrega a más veterinarios en el mundo anualmente escoge a Guayaquil como su sede?

- Este es un proyecto que se empezó a forjar desde hace cinco años. El directivo del Congreso Veterinario de León, México, vio en Guayaquil a una ciudad adecuada, por su infraestructura, hotelería, movilidad y crecimiento, para tener el mayor congreso latinoamericano en medicina veterinaria.

- El congreso congrega a más de 2.000 veterinarios de varios países, que se alojan en la ciudad. ¿Cuántas plazas hoteleras están ocupando?

- Lo importante es que en la ciudad hay de todo nivel de oferta hotelera, aparte de que Guayaquil es una ciudad amable, acogedora. Aunque algunos guayaquileños han recibido a los visitantes en sus casas, porque se han encontrado en algún otro evento médico, el año pasado se llenaron 800 plazas hoteleras.

- ¿Cómo ha sido la acogida, de parte de los veterinarios de Guayaquil y el Ecuador, de este tipo de eventos?

- Fue muy rápida la evolución del congreso. El primer plan era tener 600 participantes, y el primer año (2017) se superaron los 2.000. Hoy lo realizamos en el Centro de Convenciones, ya que la primera sede, que era el hotel Hilton Colón no dio abasto para el público que ingresaba.

- ¿A qué considera tal evolución?

- Hay un aumento en la consideración hacia las mascotas. La especialidad de clínica menor ha dado pasos gigantes desde hace unos 10 años en la ciudad porque las personas consideran a las mascotas como su propia familia. Todos estos avances e innovación en la medicina veterinaria ya la exigen quienes tienes animales en casa. Podría decir que la mitad de los guayaquileños tiene mascotas y las cuidan.

- Usted hablaba de innovación, ¿Guayaquil cómo está en el tema veterinario comparado con los demás países que participan en el evento?

- Dentro de la evolución que ha habido, que es gigantesca, creería que ya no tenemos una diferencia tan abrupta como la que había antes con la medicina veterinaria de Estados Unidos, de Europa. Creo que estamos muy cerca y lo que toca es invertir en equipos. Ecuador tiene uno de los primeros tomógrafos veterinario que se ha instalado en Sudamérica. Está en Cuenca.

- ¿Y esta innovación tecnológica está a la par de la responsabilidad que implica el cuidado animal?

- Guayaquil es una ciudad más responsable con los animales. Declararlos ciudadanos de cuatro patas es importante, y las autoridades deben seguir fortaleciéndolo. Esto porque es a través de la educación que vamos a poder llegar a ser una ciudad que respete completamente la vida.

- ¿Y cree que las campañas que han ejecutado las autoridades para el cuidado animal han surtido efecto en los guayaquileños?

- Lo importante es que se va avanzando y un buen porcentaje de los ciudadanos tiene esta conciencia sobre el cuidado de los animales, sean estos sus mascotas, silvestres y los que no tienen dueño. Todavía toca seguir trabajando para que ya en su totalidad, todo el mundo los respete.

- ¿Y qué hace falta para fortalecer estos valores?

- Hacer campañas de educación, sobre todo en los niños porque es en esa etapa cuando nace el respeto hacia ellos. Creería que siempre es importante tener un reglamento claro y penalizar ciertas actitudes y acciones en contra de los animales para que las personas que los maltratan tengan un límite.