La facultad para razonar, deducir y comprender lo difícil y confuso con claridad y rapidez se conoce como agudeza. Esta capacidad es altamente deseable en los políticos, pues les permite tomar decisiones, que se espera sean de beneficio para el país.

La agudeza o perspicacia, requiere de una disciplina mental, así como de un bagaje cultural muy alto, pues con estas herramientas, el desentrañamiento de los asuntos, se lo hace en la dirección correcta, acertada.

Las personas que no poseen una formación adecuada, manifiestan divagaciones endebles y ridículas. Dos asambleístas, de las más locuaces defensoras del archivo del pedido de juicio político al vicepresidente, expresaron públicamente que la no existencia de pruebas directas, era suficiente motivo para dicho archivo. No miraron con la agudeza que corresponde, los indicios existentes, que sin ser indicadores de culpabilidad directa, sí lo son de responsabilidad política: el entorno del vicepresidente estuvo envuelto en escándalos de corrupción. Si el vicepresidente no lo detectó, lo menos que puede calificárselo es de ingenuo, lo que lo hace descalificado para asumir una responsabilidad política. Esto solamente ya es un motivo de juicio político, dentro del cual podría el vicepresidente desvirtuar cualquier acusación... ¡Realmente que agudeza está bastante escasa entre políticos y abogados!

Ing. José M. Jalil Haas