“El Ecuador es una nacion poseida por la angustia y desesperanza”

El recorrido de una nación que no ha sido capaz de encontrarse a sí misma parece ser un asunto de nunca acabar. No es otro el recuento de las históricas fragmentaciones del Estado y la sociedad, producto de las desigualdades, incomprensiones, ineptitud administrativa, falta de liderazgo o exceso de intereses personales o grupales que han terminado por desbordar los intentos de entendimiento y nos confinan a transitar por el filo de la descomposición institucional. Es así que nuestra democracia no ha hecho posible identificar el rumbo de su unidad, ni su voluntad de inclusión, ni las altas miras para dar salida adecuada a los inveterados males que desvirtúan su misión.

Si bien es cierto que día a día afloran visos que delatan la persistencia en seguir andando por la vía del llamado socialismo del siglo XXI, que al final no es más que una tácita connivencia con los males que se pretenden combatir, también es claro que hay signos alentadores en importantes sectores que no quiere que prospere la desesperanza.

Agrupaciones solidarias que se reaniman con la idea según la cual no es aceptable permanecer en la indiferencia, ajenos a los problemas que son precisamente los de un territorio que a todos nos pertenece, y que vislumbran los vacíos en que puede caer una Nación poseída por la angustia que ocasiona al ver reducida a nada su posibilidad de cambio.

Eco. Mario Vargas Ochoa