Es el presidente de la Corporación de Industriales Arroceros del Ecuador (Corpcom) y principal de la compañía Imperial. Recién 10 de las empresas afiliadas obtuvieron la certificación BPM (Buenas Prácticas de Manufactura).

“Las buenas practicas seran una tendencia”

Cuando la gente tiene menos dinero hasta consume más para compensar al pollo, la carne u otras proteínas. Por eso, la industria no se descuida y busca mejorar sus procesos de producción. “Se marca una tendencia”, dice Javier Chon.

El consumo per cápita de arroz no baja: 99,4 libras por persona. Cuando la gente tiene menos dinero hasta consume más para compensar al pollo, la carne u otras proteínas. Por eso, la industria no se descuida y busca mejorar sus procesos de producción. “Se marca una tendencia”, dice Javier Chon.

El ecuatoriano, cuando se trata de arroz, es muy exigente...

Hay una tendencia marcada al consumo de un grano más grande, más cristalino, más grueso, bien pulido y que tenga mejores condiciones de cocción. Y además, buen sabor, buen rendimiento, que sea suelto, que no se pegue.

¿El consumo per cápita se acerca al quintal?

El consumidor no es básico en Ecuador. El alto per cápita hace que tengamos millones de catadores. La gente valora la diferencia, cosa que no ocurre en otros países. El per cápita es 99,4 libras por año y eso que nos afectó el contrabando. La población con menos ingresos consume más.

La certificación de Buenas Prácticas de Manufactura, ¿qué implica para una industria?

Es un control general que te permite controlar todo el proceso y tener un producto estable. Te permite ofrecer siempre lo mismo pero en función de calidad, desde la seguridad del personal. Es un tema íntegro, de infraestructura, manejo de protección para el personal, capacitación permanente. Hay un manejo saludable control microbiológico y cercos sanitarios en las empresas. Las BPM aseguran que ha sido tratado en mejores condiciones para tu salud.

Por su complejidad es un proceso que puede cambiar a las empresas...

Uno puede ver en las piladoras que tienen BPM que sus áreas de empacado son diferentes, cerradas y unas de hecho hasta con aire acondicionado, sanitización previo al ingreso, controles de limpieza; no es permitido el ingreso de químicos, de herramientas. Todo se controla. Hay que tener registro de cómo se llevan los controles del producto almacenado, parámetros máximos de lo que uno puede recibir del campo. Se hacen análisis organolépticos y microbiológicos sobre unos parámetros, con una frecuencia.

Los trabajadores, ¿cómo han tomado este proceso?

La clave es la capacitación. Lo más difícil es cambiar el pensamiento o la cultura de los empleados y hasta directivos. De hecho, en ocasiones, es más difícil el directivo porque tiene tendencia a pensar que como está en un nivel jerárquico más alto en la empresa no tiene obligación de cumplimiento de las normativas para ingresar a las plantas. Hay empresas en donde el personal tuvo que retirarse y otros decidieron salir de la empresa cuando inició el proceso porque no estaban dispuestos a cumplir los requerimientos.