“El agresivo ‘discurso’ de los vendedores dentro de los buses”

El viernes tomé un bus desde la ciudadela Martha de Roldós para ir a la sala de velaciones de la H. Junta de Beneficencia de Guayaquil y todo estaba tranquilo hasta que se subió un vendedor, quien después de hablar con el conductor ofreció el producto a los pasajeros, pero como estaba sentado adelante y no le acepté el paquete de galletas que comercializaba se enojó y comenzó a quejarse diciendo “las personas por educación deben coger lo que vendemos y si no quieren lo devuelven y no pasa nada”. El problema es que si le cogemos la mercancía y no compramos enseguida reaccionan furiosos y se ponen agresivos.

Luego, manifestó “a mí no me quieren comprar pero cuando se trepan los pillos a robar enseguida entregan los celulares y dinero”. Luego indicó “a la gente no le gusta nada por las buenas, por eso las mujeres cuando los maridos las tratan bien les ponen los cachos pero si las maltratan ahí están contentas”. Para rematar diciendo “no sé por qué no compran si cuando se mueran no se llevarán nada”. Estas palabras son parte del vocabulario inapropiado y vulgar utilizado por muchos adolescentes y jóvenes que todos los días salen a “ganarse la vida” vendiendo una serie de artículos y golosinas en colectivos y busetas en el Puerto Principal.

Creo que se debería organizar de mejor manera a los vendedores, así como darles cursos de relaciones humanas y de atención respetuosa al público, para que recibamos el trato que merecemos.

Lic. Jhonny Muñoz Lima