En 2013, con apenas 1 año de haber traído el deporte al país, el tricolor compitió en asfalto, en la Carrera EXPRESO.

Klaus, el desafio a la naturaleza

Klaus Jungbluth, guayaquileño de 36 años, pasará a la historia como el primer ecuatoriano en disputar unos Juegos Olímpicos de Invierno, los de Pyeongchang 2018.

Lo tuvo todo en contra. Un deporte casi desconocido, desafiar superficies de nieve y asfalto, representar a un país donde ni siquiera existen pistas ni una federación nacional, hasta recorrer casi toda Europa acompañado muchas veces solo de la bandera tricolor. Klaus Jungbluth, guayaquileño de 36 años, pasará a la historia como el primer ecuatoriano en disputar unos Juegos Olímpicos de Invierno, los de Pyeongchang 2018.

La hazaña se dio en Brasil, hace ya cinco días. El Campeonato Brasileño de Rollerski (esquí de asfalto), en Sao Paulo, le dio el ansiado cupo que empezó a labrarse desde diciembre del 2016, a partir de ahí más de una veintena de competencias transcurrieron. Hoy desde Australia, país en el que reside desde junio, Jungbluth habla para EXPRESO y resume que “al fin la bandera de Ecuador flameará en los Juegos Olímpicos que le faltaban”.

Y es que desde 1924 (93 años) en que se creó esta lid, ningún ecuatoriano había osado en entrar. Ahora eso quedó para la historia.

“Sabía que esa (la competencia en Brasil) era mi oportunidad... Estoy seguro que esto (la clasificación) marcará una nueva etapa en el deporte ecuatoriano y mundial”, dice Klaus, cuyo apellido de origen alemán es conocido por tener a un hermano presentador de noticias, Andrés.

La primera pregunta que salta al dialogar con el atleta es ¿por qué esquí? Él responde tajante: “Ese fue el desafío”.

Fisioterapeuta de profesión y deportista aficionado desde pequeño, Jungbluth realizó sus estudios universitarios entre Noruega y República Checa, donde el esquí era muy conocido, de ahí que en el 2012 volvió al país con la idea de algún día llegar a los Juegos de Invierno.

Tener zonas en el país a 2.850 metros sobre el nivel del mar no garantizaba pistas para la práctica que a Klaus lo había atrapado; sin embargo, la versatilidad del deporte daba para que pueda practicarse tanto en nieve, como en asfalto, solo que adaptando ruedas a las tablas que llevaba en los pies. Así fue que el guayaquileño tuvo a la Carrera EXPRESO del 2013 como una prueba en sus inicios; tres años más tarde ya competía en campeonatos oficiales internacionales.

El 18 de diciembre de 2016, en Noruega, fue el primer gran examen. Llegó solo, no conocía a nadie. Su entrenadora le había dicho cómo debía prepararse y cuál sería la estrategia. “La nieve estaba diferente a la que me esperaba y el clima no ayudaba, hacía mucho viento. Los otros atletas tenían un equipo de trabajo completo, diversos tipos de esquís para diversas condiciones de nieve... había factores que iban a disminuir mi rendimiento”, recuerda.

¿El resultado? Tuvo 8 caídas durante el recorrido, llegó último y muy desmotivado. “Estuve a punto de tirar la toalla, de no volver a competir, pero entendí y decidí seguir hacia adelante sin desistir”.

Hoy, ya con el cupo en el bolsillo y 28 pruebas disputadas en países como Noruega, Finlandia, Austria, Croacia, Polonia, República Checa, Australia, Argentina, Chile y Brasil, Klaus sueña con formar esquiadores en el país y ver nacer una federación, que hasta el momento es asumida por el Comité Olímpico Ecuatoriano, apoyo con el cual ha podido ganar el boleto a Corea.

Una fiesta con 2.900 deportistas

Al igual que los Juegos Olímpicos regulares (de Verano), los Juegos de Invierno son disputados cada 4 años, con la diferencia que aquí se desarrollan solo los deportes sobre nieve y hielo.

Para la edición 2018, del que solo restan 4 meses (del 9 al 26 de febrero), la sede será Pyeongchang, en Corea del Sur, donde está previsto que acudan más 2.900 deportistas en representación de 88 países que librarán una batalla en 15 deportes. Jungbluth competirá el 16 de febrero en la prueba de esquí de fondo, 15 km estilo libre.