
De justiciero a campeon
Hubo un factor que marcó la diferencia, recuerda orgulloso. No depende de la preparación ni de la capacidad luchadora, sino de su nivel humano. Sus excompañeros de lucha en las academias Team Quest MMA (de California) y Extreme MMA (de Miami) aparecier
Alguien debía defender a los más débiles en el colegio. Y ahí estaba Boris Yee, un ecuatoriano que ahora tiene 29 años y está haciendo camino en un mundo desconocido para la mayoría del país. Así nació su historia: como ‘defensor de la justicia’, según él mismo cuenta. Sobre el tatami de su academia Chekmat, en Kennedy Norte, relata su historia desde los inicios y, sobre todo, los grandes éxitos que está consiguiendo como luchador de jiu-jitsu brasileiro, disciplina en la que ya es el 350 del mundo.
Hace apenas unas semanas, Yee se llevó el oro en el Open de Las Vegas de la Ibjjf (Internacional Brasilian Jiu-Jitsu Federation), la más prestigiosa del mundo, con más de 20 años de historia. Constituye un gran logro, en uno de los abiertos más importantes del mundo. Allí comenzó su sueño de estar en el Mundial de 2017 de este arte marcial. A pesar de que aún no quiere pensar en ello y está centrado en los abiertos y sus alumnos, reconoce que ese es su objetivo “a mediano plazo”. Está “en buen camino”, a pesar de que “no tenemos ninguna ayuda para la financiación”.
Aun así, la semana del 7 y la del 14 de mayo, Yee viajó solo a Las Vegas después de “cuatro meses de preparación, de trabajo físico y de idear una estrategia”. Volver a casa tras hacer un buen campeonato era su objetivo, pero nunca se imaginó ser “favorito” al título. Quizá, nos cuenta, eso fue lo que le hizo acabar con la medalla de oro en el cuello.
Hubo un factor que marcó la diferencia, recuerda orgulloso. No depende de la preparación ni de la capacidad luchadora, sino de su nivel humano. Sus excompañeros de lucha en las academias Team Quest MMA (de California) y Extreme MMA (de Miami) aparecieron por sorpresa en la cita. “Me ayudaron y me dirigieron, algo que es muy importante porque te avisan del tiempo que queda en los últimos segundos”.
Inicios “a las bravas”.
A los 13 años ya estaba sobre el piso aprendiendo llaves. Su cuerpo, muy desarrollado, le hizo un gran favor que le costó entender. “Era menor de edad, pero de estatura no lo era. Me confundían con las personas grandes. Afortunadamente, y eso lo digo ahora, me hacían entrenar con adultos. Me daban duro. Aprendí a las bravas”.
Su alto nivel y un paso por Estados Unidos le permitieron crear con solo 20 años su Academia en Guayaquil. La levantó él solo. “Fue muy difícil porque era muy joven y es difícil ganarse la confianza de la gente. Entonces no era cinturón negro y eso lo hizo más complicado, pero con dedicación pude conseguirlo”. Ese y una nena de dos años son sus mejores trofeos. Ahora, tras un parón en 2014 para disfrutar del primer año de su pequeña, ha vuelto el mejor Boris Yee. Y el ‘justiciero’ quiere estar en el Mundial.