La situación laboral de los jóvenes es un tema que está generando preocupación alrededor del mundo.

Las jovenes emprendedoras le temen mas al fracaso

Un informe de la Espae revela la situación de esta parte de la población.

El fomento del emprendimiento de jóvenes se considera como una estrategia crítica para poder integrarlos en el mercado laboral, aprovechando al máximo su potencial de contribuir significativamente al desarrollo económico.

Uno de los principales desafíos que enfrenta la mayoría de los países es el desempleo juvenil y Ecuador no es la excepción: alrededor de 200 mil personas de entre 18 y 34 años estarían desempleadas, otras 500 mil en el subempleo según datos del Instituto Nacional de Estadística y Censos (INEC) de 2018.

Ese es el preámbulo al que hace referencia el informe ‘Jóvenes Emprendedores en Ecuador’ que usa datos correspondientes al periodo 2012-2017 del Global Entrepreneurship Monitor, proyecto internacional que cuantifica y caracteriza a los emprendedores y sus negocios, ejecutado en Ecuador por ESPAE, Escuela de Negocios de la ESPOL.

El informe revela las actitudes, actividades y aspiraciones relacionadas a la puesta en marcha de negocios en el país, enfocándose en la población de 18 a 34 años.

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En Ecuador la tasa de Actividad Emprendedora Temprana (TEA) de los jóvenes muestra una tendencia decreciente, luego de un repunte en 2013. “A pesar de esto, estas cifras son las más altas entre los países participantes de América Latina y El Caribe”.

En resumen cada año un promedio de 32 % de la población de 18 a 34 años estaría involucrada en la puesta en marcha de un negocio, o posee uno que ha estado en funcionamiento por 42 meses o menos.

“Se observan diferencias significativas entre los grupos de 18 a 24, y 25 a 34 años, siendo este último el que registra la mayor actividad. Existen brechas de género entre la población nacional de jóvenes: las mujeres confían menos en sus capacidades para emprender y muestran mayor temor al fracaso.

Aunque la tasa de TEA es similar para jóvenes de ambos sexos, una mayor proporción de mujeres está motivada por la necesidad, produciendo negocios que podrían tener dificultades para superar los 42 meses de vida.

Según la Espae, contrastando con los emprendedores de mayor edad (35 a 64 años), los jóvenes están más motivados por mejorar sus ingresos u obtener más independencia, y menos por la falta de alternativas de trabajo.

La situación laboral de los jóvenes es un tema que está generando preocupación alrededor del mundo. Según la Organización Internacional del Trabajo (OIT, 2019), a nivel global las personas de 15 a 24 años tienen una menor probabilidad de estar empleadas. Aún más preocupante es que, dentro del mismo rango de edad, 1 de cada 5 jóvenes no estudia ni trabaja.

La meta 8.6 de los Objetivos de Desarrollo Sostenible es reducir sustancialmente esta última proporción hasta el 2020, pero cerca de la fecha límite, la reducción lograda ha sido de 2 puntos porcentuales.

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