Un nuevo proceso electoral trae muchas caras nuevas a la palestra política. Dirigentes barriales, maestros, comerciantes, abogados y también migrantes. Estos ecuatorianos que dejaron su terruño hace muchos años para emprender un nuevo episodio en otro país ahora regresan y quieren llegar a la Asamblea Nacional. Jorge Rivera es uno de ellos. ¿Cómo se involucró en la política?

Recibí la condecoración al mérito laboral que entrega el Ministerio de Trabajo del Ecuador. Es cuando nazco públicamente y se me invita a un estudio sociopolítico, donde los resultados fueron que tenía el perfil para participar en política. Fue cuando estudiamos los partidos políticos en Ecuador y decidimos unirnos al movimiento CREO en el 2011. Fuimos escogidos cuatro precandidatos a asambleístas para representar a los migrantes que estamos en Europa.

¿Qué otros migrantes lo acompañan?

Estoy yo como principal. Me acompañan Liliana del Castillo, quien es de la ciudad de Murcia; Mariana Rendón, de la región de Cataluña; y Saúl Mora, del movimiento SUMA.

¿Qué están haciendo para mostrarse?

Hemos venido trabajando desde los inicios de este movimiento, hace cinco años. Nos hemos consolidado con los hermanos ecuatorianos. Hoy se habla de CREO en el exterior, con candidatos que hemos demostrado una trayectoria de vida como migrantes y nuestro compromiso es sacar esos proyectos de ley que beneficien a nuestros compatriotas.

De ganar, ¿qué proyectos presentarán?

El primer proyecto que tenemos dentro de la estructura de CREO es la creación del Ministerio de los Migrantes. Los migrantes hemos estado abandonados. La intención es revertir el 5 % de las remesas anuales al Ministerio para atender social, humana y solidariamente a los ecuatorianos que estamos en el exterior. También se va a apoyar a esos artistas que están llevando la bandera ecuatoriana. Los migrantes hemos ayudado, con las remesas, a mantener la economía ecuatoriana.

Usted habla de tres millones de migrantes ecuatorianos en el exterior, pero en el padrón electoral están registrados un poco más de 378.000. Pocos para elegir...

En las ciudades más grandes como Madrid, Murcia, Barcelona, Valencia, la gente está más cerca de los consulados. Muchos no se empadronan porque para hacerlo tienen que perder uno o dos días de trabajo y los costos de viajar a los consulados y embajadas es muy alto. Un viaje puede costar 200 euros. Pero hay gente empadronada en Madrid que por circunstancias de trabajo ha viajado a otras ciudades. Creemos que habrá mucho ausentismo.