Jaime Nebot, desde el mismo despacho que ha ocupado durante 17 años, revisa un papelito garabateado con números antes de la entrevista.

Jaime Nebot: “el desarrollo no se controla, se acelera”

Jaime Nebot, desde el mismo despacho que ha ocupado durante 17 años, revisa un papelito garabateado con números antes de la entrevista. Son los datos de equidad y reducción de pobreza en la ciudad.

Su conversación abre las puertas necesarias para descubrir Guayaquil sin siquiera mirar las llaves: economía, ambiente, urbanismo, obra pública. Jaime Nebot, desde el mismo despacho que ha ocupado durante 17 años, revisa un papelito garabateado con números antes de la entrevista. Son los datos de equidad y reducción de pobreza en la ciudad.

- Su última entrevista en esta sección de EXPRESO fue hace un año. ¿Qué ha cambiado en Guayaquil desde entonces?

- Ha cambiado mucho. Empezando por la drástica y continua reducción de la pobreza en esta ciudad. Tengo las estadísticas del INEC a julio de 2017.

El dato debe ser nuevo. Ni antes ni después ha necesitado apoyos para enlistar precios, porcentajes, índices con acierto. Pero esta vez clava la mirada en el papelito. Y recita:

- Si usted analiza desde diciembre de 2007 a la fecha, la pobreza bajó del 22,5 % al 10,5 % en Guayaquil, la ciudad que más ha reducido la pobreza en Ecuador. Si hablamos de pobreza extrema, quienes viven con menos de 1,5 dólares al día, se redujo del 5,6 al 1,3 %. Y si mide la inequidad con el índice de Gini, esta es la ciudad más justa, menos inequitativa del país, con un índice de 0,39. Y eso para mí es muy importante. Porque para eso se trabaja.

- ¿A qué atribuye las cifras? Porque el país ha vivido tiempos adversos.

- Y momentos de bonanza también. Esto responde a lo que es capaz de hacer un pueblo que decidió hace poco -porque 20 años son pocos para la vida de una ciudad- dejar de ser parte del problema y empezar a ser parte de la solución. Se debe también a un modelo que ha dado resultados si lo compara con el del Gobierno central pasado: vivimos los mismos tiempos de crisis y bonanza, pero aquí no hay obra detenida, compromisos electorales incumplidos o contratos impagos.

- ¿Se considera ganador de la batalla ideológica?

- El pueblo ganó la batalla social, que es distinto: este pueblo ganó la batalla de la libertad.

La llave directa hacia Jaime Nebot, el político (no el alcalde), se resume en esta respuesta. Durante 10 años se vio enfrascado en una lucha de modelos, de visiones, de ideologías. Aunque no lo reconozca: “La batalla de las ideologías se perdió hace mucho tiempo”, presume él, quien acoge por ideología al pragmatismo y los resultados. Igual que, asegura, se ha confesado el nuevo presidente, Lenín Moreno, con quien dialogó a puerta cerrada.

- El Gobierno no se acerca aún a los 100 días, pero ha dado sus primeros gestos. ¿Es suficiente?

- Los gestos son positivos y suficientes. Los hechos son insuficientes porque no han empezado. Y los hechos son los que cuentan. Ahora, es grato oír a un presidente, más allá de las diferencias, defender el respeto a la prensa, la Policía, las Fuerzas Armadas, la clase política, devolver a los indígenas una casa y símbolo, decir que su revolución es pragmática.

- Suena a mucho...

- Pero de allí a resolver el problema económico que ha heredado, que todos sabíamos que iba a heredar... Yo sé que dijo, elegantemente, que la mesa no está servida. No solo eso: no hay ni sobras en la mesa. Porque el problema de fondo es el crecimiento.

- La iniciativa tributaria es presidencial. Y parece que el país está en modo de espera. ¿Cuál debe ser el rol?

- Yo combato lo malo de donde venga y apoyo lo bueno, venga de donde venga. Mi amistad es con Lenín Moreno, no con el presidente Moreno.

- Me refiero a la oposición.

- Algunos tuvieron demasiada paciencia para soportar 10 años de hacer las cosas mal, especialmente las económicas. No creo que harían mal 30 días más de paciencia para ver si el Gobierno hace las cosas bien. Porque cualquiera que estuviera sentado allí, habría heredado lo mismo.

- ¿Defiende los 100 días?

- No. Yo no defiendo esperas. Pero entiendo que esto no es de un día para otro. Aquí no va a haber milagros: aquí debe haber un crecimiento sostenido que pase por comprender que el socialismo a lo Correa, es decir cómo disponer de 300 mil millones de dólares para crear un Estado consumidor, se acabó. Ya no puede ser. Por una razón: ya no hay la plata, los dólares ahora hay que buscarlos.

- ¿Cómo se hace?

- Con un Estado inversor, no derrochador; renegociando la deuda para bajar los intereses y aumentar los plazos; buscar una integración que tenga en cuenta el costo-beneficio; entendiendo que el Estado es insustituible y la empresa privada también.

El pragmatismo es la única llave que abre las puertas entre fuerzas políticas opuestas. Y cada vez más, Nebot se inclina por dar importancia a los grandes debates de la democracia, pero priorizando las grandes necesidades del país: esta vez, la económica. Así lo defiende:

- ¿Qué importancia tiene la lucha contra la corrupción?

- Luchar por la libertad -para los medios, para los jóvenes- es fundamental. Luchar por la independencia de poderes en una democracia es fundamental. Luchar por una Justicia independiente que combata la corrupción, también es fundamental. Pero con ninguna de las tres se come. Todo es importante; eso es gobernar.

- ¿Qué opinión le merece el archivo del juicio político contra Jorge Glas?

- Mala opinión. Nuestro representante en el CAL votó en contra del archivo, representando nuestro pensamiento.

- ¿Había elemento suficientes?

- Creo que había elementos suficientes para abrir el juicio político. Había que esperar que se desarrolle para la presentación de pruebas y sus conclusiones. Creo que hay que diferenciar el juicio político del ordinario que compete a la Justicia. Pero creo también que hay antecedentes de políticos que fueron absueltos en juicios políticos y condenados por la justicia ordinaria. Y viceversa.

- ¿A ver quién llega primero?

- Vamos a ver qué pasa.

Pocas voces han usado más llaves que él para abrir la puerta de un juicio político (durante el Gobierno de Rodrigo Borja, las utilizó siete veces). No se apura.

- Hablemos del pulso de esta ciudad. ¿Ve usted los puntos muertos?

- Hoy leí a una señora que decía en el EXPRESO que de la Urdesa donde crio a sus hijos no queda nada, porque ahora hay negocios, cafeterías y movimiento. Y si no queda nada ¿por qué hay negocios, cafeterías y movimiento? Cuando uno quiere libertad, uno no le enseña a alguien a vivir como uno quiere. Yo viví en el barrio Centenario y me fui.

- Muchos otros también.

- ¿Pero el barrio está vacío o ahora vive otra gente? ¿O la única gente que importa es la que es como uno? La movilidad humana es el ‘leitmotiv’ de la gente. Cuando usted le dice a alguien pelucón, no se ofende. Pero pregúntele si quiere ser pobre: nadie quiere. Todos quieren ser ricos.

- Algunos con mucha facilidad.

- Algunos muy rápido y muy fácil. Pero todos quieren ser ricos. Esa es la movilidad social.

- ¿Pero esa movilidad se está dando de forma organizada?

- Se da como la gente quiere. Veo arquitectos que dicen que hay que controlar el desarrollo acelerado. ¿Cómo? Hay que acelerar el desarrollo, eso hay que hacer.

- El centro es otro gran debate.

- Que alguien me diga qué más hacer por el centro de Guayaquil. Hay que regenerar la calle Panamá, ya se hizo. Hay que hacerle un espacio peatonal, se hizo. Hay que poner estatuas, se puso. Al malecón van 18 millones de personas al año: pusimos rueda moscovita, Cinema Malecón, proximidad al cerro Santa Ana, patios de comida. ¿Eso no beneficia al centro?

- ¿Quién no ha hecho su parte? ¿El sector privado?

- Yo no digo eso. La carga está en los dos sectores: pero he cumplido con la mía.

Nadie tiene la llave que abra la puerta a una respuesta distinta ante la eterna pregunta, desde 2014, a la hora de una entrevista con Nebot: su negativa pública a postularse nuevamente a la Alcaldía en 2019. Hay voces autorizadas en su partido que creen que usará esa llave cuando llegue la hora. Él nunca lo ha reconocido. Ni ha dado muestras de haber guardado la llave de emergencia. Porque, a todas estas, Jaime Nebot no usa llaves desde que era un niño, cuando -a pesar de la reiterada advertencia de su padre- decidió probarlas en un enchufe. Y casi se electrocuta.

- ¿Entre qué escogerá esta ciudad en 2019?

- Sencillo. Entre unos que nunca han hecho nada y van en las elecciones con GPS para saber cómo llegar; entre unos que destruyeron la ciudad; otros que hicieron algunas cosas bien y muchas mal; y nosotros, que hemos hecho bastantes cosas bien y algunas mal.

- Parece muy fácil para usted.

- Es que es muy fácil. El pueblo de Guayaquil nos conoce a todos. Tiene la llave.

La tiene. Y nada le impide electrocutarse.