La institucionalidad

Este término se puso de moda en Ecuador desde que el Gobierno anterior comenzó a atropellar los principios constitucionales. Muchos ecuatorianos seguramente no tienen clara idea de lo que significa. Cuando un juez federal obliga al presidente de Estados Unidos a dejar insubsistente una acción ejecutiva, esa decisión es institucionalidad.

Desde los primeros imperios de la Antigüedad, los gobernantes reconocieron que las sociedades necesitan tener reglas, normas y principios claros, así como organizaciones vigilantes del cumplimiento de aquellos. Los jurisconsultos romanos sabían muy bien que la fortaleza de los pueblos depende de la calidad de sus instituciones. El legado de Roma a la civilización occidental ha sido el derecho, entendido como sistema institucional; de él se han nutrido las civilizaciones posteriores.

Hasta hoy todos los pueblos que han querido forjar un destino colectivo, consistente y durable, han tenido un sólido marco institucional. Un profesor universitario, Douglass North, recibió el Premio Nobel en Economía por su estudio histórico sobre los factores que habían contribuido a la Civilización Occidental. North argumentó que la institucionalidad fue indispensable y analiza lo que sucedió desde las ciudades Estado italianas, pasando por varios países europeos como Holanda y Gran Bretaña, y termina en EE.UU. Adam Smith en su obra La riqueza de las Naciones (1776), definió la institucionalidad en términos muy simples: “El comercio y la manufactura no pueden florecer en el largo plazo, si no disfrutan de buena administración de justicia, si la gente no tiene la protección del derecho a la propiedad, si los contratos no están protegidos por la ley...”.

Gran Bretaña históricamente ha sido uno de los países con mayor institucionalidad, basada en clara división de poderes del Estado, protección a la propiedad física e intelectual, sólido sistema judicial y libertad económica. A diferencia de las instituciones inglesas, las españolas fueron débiles, caóticas e ineficientes; por desgracia Ecuador las heredó y 188 años después la institucionalidad sigue ausente.