El valor de la informacion

El robo de la base de datos de los ecuatorianos es un delito mayor. Más de veinte millones de registros, incluyendo de ciudadanos fallecidos y niños, ponen en evidencia el valor que dicha información, incluyendo nombres, apellidos, direcciones, correos electrónicos, situación económica y de educación tiene para los ladrones que, sin que constituya sorpresa alguna en estos días, han estado conectados al gobierno anterior como funcionarios y contratistas.

Causa estupor, además, la afirmación del ministro del ramo, quien sostiene que “la información está segura”. No señor, ¡no está segura! Luego de haber sido robada ha estado a la disposición de cualquier interesado en un servidor carente de protección. El que no haya sido “jaqueada” sino extraída constituye una afrenta adicional pues revela la connivencia de dos voluntades, una de las cuales reside en el propio Estado que, una vez más nos demuestra lo remiso que es en cuanto al cumplimiento de su debida diligencia de cuidar por el bienestar de los ecuatorianos.

La Fiscalía deberá responder en forma convincente respecto de las acciones a tomar. Al momento lo que se experimenta es una situación de aparente conformismo frente a una seria afrenta contra la sociedad.