Informacion para todos
La revolución de las tecnologías de información y comunicación ha traído grandes beneficios, también perjuicios. Me referiré a los primeros. Antes de la Internet, quienes querían estar bien informados internacionalmente en Ecuador y el resto de países se suscribían a medios impresos extranjeros y dependiendo de la frecuencia de las ediciones, costaban más o menos. Se requerían 100 dólares mensuales para tres o cuatro publicaciones. Con la Internet, los precios cayeron, desapareció el costo del envío. Hoy la mayoría de los medios digitales ofrecen gratis la portada y 5 o más noticias completas. La suscripción pagada está entre 50 y 150 dólares anuales. No hay límite al número de publicaciones, se puede ingresar a periódicos, revistas y otros impresos de todos los países. Hay acceso a bibliotecas virtuales públicas y privadas, como las de las universidades. Esta extraordinaria revolución permite seguir noticias varias veces al día. Estar informado ha dejado de ser un lujo. Las únicas limitaciones son el acceso a Internet y el conocimiento de idiomas; quien conoce más idiomas tendrá mayor acceso a medios de más naciones. Estar informado ya no es solo para las élites. Hay noticias e información para todos. Hoy en EE.UU. la de más titulares, además de las primarias presidenciales, es la confrontación entre Apple y el FBI. Semanas atrás una pareja cometió un acto terrorista, fueron muertos y se les encontraron dos teléfonos celulares marca Apple. Los federales trataron de averiguar con quiénes tenían contacto los terroristas, pero la seguridad del equipo lo impidió. Como no pudieron penetrar, solicitaron al fabricante les proporcionara la forma de ingresar. Apple se negó, alegando que es inconstitucional y afirmó que de hacerlo pondría en peligro a todos los propietarios de teléfonos de su marca. El FBI ha apelado a la Corte de Justicia. Fanáticos de Apple han hecho demostraciones en la calle y las empresas tecnológicas más grandes apoyan al fabricante. Esta batalla legal no se daría en nuestra región, donde la mayoría de las cortes no tienen independencia y la Constitución no se respeta.
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