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Inculcar los buenos ejemplos

Los padres sienten felicidad cuando sus hijos terminan los estudios, por ejemplo; pero, su mayor orgullo es que actúen siempre con honestidad, decencia y honradez en todos los aspectos de la vida. Por ello, si se enteran de casos de corrupción, acostumbran a decir a sus hijos “gracias a Dios que ustedes se criaron rectos y pueden andar con la frente en alto”, mientras que la gente que se aprovecha de los cargos públicos para perjudicar al Estado no solo que será mal vista por la sociedad sino que en cualquier momento pagará en la cárcel por los delitos cometidos e incluso tendrá que devolver el dinero robado, con lo que quedará desprestigiada y deshonrada.

Jhonny Muñoz