La incertidumbre ciudadana

El desaliento es notable. Hoy los analistas políticos dedican largas reflexiones sobre la profundidad de nuestra crisis. Parece haber consenso de que no podríamos estar peor.

Curiosamente, la esperanza es un factor de cambio. Pero lo más grave es la inmensa incertidumbre ciudadana. Puede surgir en la ciudadanía un clamor que se propague: sálvese quien pueda; que en lugar de asumir una actitud corresponsable, prefiera con egoísmo refugiarse en su zona de confort a proteger sus intereses personales. Todas nuestras generaciones han enfrentado un reto, el mínimo deber de los próximos gobernantes es entregarles un Ecuador mejor del que ellos recibieron.

Eco. Mario Vargas Ochoa