Protagonista. El joven ofensivo esmeraldeño Erick Castillo (centro) extiende los brazos y levanta la mirada para  celebrar el gol que le dio la victoria a Barcelona contra El Nacional, anoche en el Olímpico Atahualpa.

El Idolo mira muy cerca a la 15

“Un solo Ídolo tiene el Ecuador, Barcelona campeón, Barcelona campeón...”, cantaban eufóricos los hinchas canarios luego del triunfo sobre El Nacional.

“Un solo Ídolo tiene el Ecuador, Barcelona campeón, Barcelona campeón...”, cantaban eufóricos los hinchas canarios luego del triunfo sobre El Nacional.

Con la victoria de anoche en el Olímpico Atahualpa, los canarios se quedaron muy cerca de la estrella 15. Ahora la diferencia con Emelec, que es segundo, es de siete puntos.

Restan cuatro fechas. Los dos representantes del fútbol guayaquileño tienen aún un partido pendiente: los toreros recibirán al Independiente del Valle y los eléctricos visitarán al Deportivo Cuenca, el próximo miércoles.

A pesar de las bajas importantes, el Ídolo del Astillero no perdió el orden y la consistencia. El golero Máximo Banguera no avanzó a recuperarse de la dolencia muscular y fue sustituido por Damián Lanza, quien respondió en las pocas veces que fue exigido.

Erick Castillo, que reemplazó al goleador Jonatan Álvez -suspendido por acumulación de tarjetas amarillas- respondió a la confianza del técnico Guillermo Almada. El joven atacante, de 21 años, anotó el gol del décimo séptimo triunfo de Barcelona sobre El Nacional en la capital, en los torneos ecuatorianos.

El cuadro porteño se paró firme. Los experimentados Matías Oyola y Damián Díaz pusieron el equilibrio en el medio sector.

En la ofensiva, Ely Esterilla y Marcos Caicedo superaban con facilidad a la lenta defensa adversaria.

El local se salvó de milagro en la primera etapa. El argentino Díaz remató de volea y el delantero Felipe Mejía, que había bajado a ayudar a sus compañeros de la defensa, rechazó el balón, desde la misma línea de sentencia.

Luego, Esterilla ganó a los centrales Javier Quiñónez y Franklin Guerra, pero su envío de cabeza fue desviado con una estirada espectacular por el guardameta Adrián Bone.

El gol era cuestión de tiempo y así sucedió: Castillo aprovechó de una jugada individual de Caicedo para mandar el balón al fondo de las redes del arco norte y desatar el delirio en las gradas.

El Nacional, en cambio, estuvo muy impreciso. Le costó más de la cuenta hilvanar tres pases seguidos.

El miedo a ganar le pasó factura no solamente a los jóvenes, sino también a los experimentados.

Michael Chalá, Pedro Larrea, Cristian Cordero, Javier Quiñónez y compañía estuvieron fatales en la habilitación.

Además, Chalá pecó de egoísta y remataba de cualquier lugar de la cancha. Solo en una ocasión su disparo fue al arco torero.

El golero visitante pasó prácticamente de vacaciones en el primer episodio.

La escuadra militar dejó pasar la gran oportunidad de mirar más cerca a la Copa Libertadores del 2017.

Las claves

Lo bueno: masivo respaldo

El 70 % de los 30.700 aficionados que llegaron anoche al Olímpico Atahualpa fueron del Ídolo del Astillero. Ellos pintaron de amarillo el primer escenario de la capital.

Lo malo: se abusó de las tarjetas

El árbitro José Luis Espinel trató de ser protagonista y abusó de las tarjetas amarillas. Además, frenó el juego y no dio la ley de la ventaja, perjudicando al espectáculo.