Idolatria e ignorancia van de la mano
La práctica de la idolatría es propia del ignorante. Ninguna persona con una educación adecuada y una cultura firme puede idolatrar nada. Se puede admirar, se puede alabar actuaciones, pero jamás transformar nada en ídolos.
Hay idolatrías e idolatrías, unas de tipo religioso, que son igual de nocivas, pero a mi juicio, las peores son aquellas que tienen como objeto de su idolatría a personas, vivas o muertas.
Lamentablemente, un grupo político que gobernó el país durante diez años se ha identificado con esta práctica, inaceptable en democracia e inaceptable en la convivencia entre seres pensantes.
José Jalil