Huancavilcas

No estoy segura de que tengamos sangre Huancavilca por nuestras venas, ojalá así sea, pero me imagino que ustedes también se identifican con ese pueblo navegante, aguerrido, indómito, aliancista, abierto al comercio, astuto, aventurero, jamás sometido por los Incas y que estuvo en nuestra región a la llegada de los españoles.

Lo que si estoy segura es que desde esa raíz, aprendimos a tener una forma de vida independiente, luchadora, de libre empresa, que mira al comercio internacional, de respeto a la opinión divergente, de solidaridad con los que tienen menos oportunidades, de hospitalidad con los migrantes por falta de políticas públicas que los ayude en sus sitios de origen y de solucionarnos nuestros problemas subsidiariamente gracias al voluntariado y las organizaciones no gubernamentales, ante la ausencia histórica del estado central. Por eso Carlos Julio Arosemena dijo: “ser guayaquileño es tener una actitud ante la vida y una resolución ante la muerte”.

Hoy, nuestra forma de vivir, tiene amenazas a la carta: ... un modelo socialista que anuncia su profundización, que querrá limitar nuestra libertad de empresa, que amenaza con eliminar nuestros medios de comunicación independientes, que aumentará el poder del Estado rector, que fortalecerá el estado de propaganda de revanchismo social, que pretende convertir en ley el decreto 16 atentatorio contra el voluntariado y las organizaciones no gubernamentales que dan bienestar y que son el pilar de nuestra historia.

A todo esto, los que estuvimos en Guayaquil desde 1984, recordamos la alcaldía de Bucaram, quien alista las maletas para el regreso... y nuestro alcalde Nebot, querido por muchos, nos tiene con alta incertidumbre por sus últimas actitudes políticas.

Con este duro panorama, considero necesario que iniciemos un proceso de repensarnos como ciudad y su área de influencia, respondernos con seriedad a dónde queremos ir y si queremos volver a ser ese faro de libertad que hoy más que nunca el Ecuador necesita.

Una de las estrofas no cantadas de la olmedina Canción de Octubre, dice “Nosotros guardaremos con ardor indecible tu fuego inextinguible ¡oh santa Libertad” .... ¡Eso es verdad!

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