Escenario. Así luce el puente de la isla Santay desde octubre pasado, cuando un pesquero colapsó con su estructura y dejó otra vez inconexo el sitio.

El Guayas no puede ingresar a su casa

$ 15,6 millones costó la construcción del puente basculante de la isla Santay.

La tradicional estampa del Buque Escuela Guayas estacionado en el malecón Simón Bolívar es, por ahora, solo un recuerdo. El estandarte navío de Ecuador está en la ciudad, pero no puede entrar a su casa. No desde que, en octubre pasado, el puente basculante de la isla Santay perdió parte de su estructura.

Con el comandante Ricardo Manuel Unda como su nuevo capitán, la embarcación más importante del país recibe mantenimiento para su próximo crucero internacional, previsto para el 21 de marzo, pero cuando zarpe no podrá hacerlo desde el malecón. En cambio, lo hará desde la Base Naval sur, donde ahora hace estación.

Desde que el pesquero Patricia colapsó contra el puente, solo pasan por allí embarcaciones pequeñas, pues con el tiempo que tienen levantados los dos brazos del paso basculante se desconoce si estos han sufrido algún daño en su parte mecánica, confirmó en una entrevista con este Diario el capitán Pablo Calderón, de la Capitanía del Puerto Marítimo.

“Como otras embarcaciones grandes, el Buque Escuela Guayas no ha cruzado hacia el malecón porque se emitió un documento desde el Servicio de Contratación de Obras (Secob) para advertirles que, si se bajan las basculantes, no se sabe si se podrán abrir de nuevo, pues hay riesgo de que tras el choque exista un problema mecánico más grave.

“Es decir, si el buque se arriesga a pasar, y el puente amerita una reparación mayor, la embarcación corre el riesgo de quedarse atrapada. Para prevenir y evitar eso es que se mantiene alejado del malecón”, explica el funcionario.

Aclara, además, que solo se sabrá si sirve o no la parte basculante si se realiza una inspección técnica, pero esa obra, tras un acuerdo con el Secob, está a cargo de la compañía dueña del pesquero y apenas se encuentra en etapa inicial.

El capitán Calderón niega que sean los escombros los que impidan la navegación. “Donde están estos era un lugar por donde no cruzaban embarcaciones grandes. Estas se abrían paso a través del basculante”.

Hay embarcaciones pequeñas, como gabarras, que no necesitan que el puente esté abierto y que sí cruzan.

El comandante Unda lamenta esta situación. “Hemos perdido la navegabilidad. Cualquier velero que quiera entrar al malecón estará con el recelo de pasar, porque puede haber peligro en las compuertas del puente”.

Trabajos

La obra está en pie

El cronograma de trabajos definido para la rehabilitación del viaducto consiste en etapas, señaló EXPRESO en una publicación anterior.

La primera comprende el rescate y remoción de escombros, lo cual se inició el 20 de noviembre de 2017 y estaba previsto que culmine el 22 de enero.

Luego de esto, sigue la fase de reconstrucción, que tomará 150 días. Aún se ejecutan trabajos y los estudios respectivos.