Pregoneros. Los personajes del periodiquero, betunero, panadero y caramelero fueron creados por niños.

El Guayaquil antiguo, en version estudiantil

En el colegio Vicente Rocafuerte se concentraron más de 700 estudiantes para revivir las costumbres y tradiciones de Guayaquil.

A Mireya García, de 13 años, le gusta la bachata y el rock, y su vestimenta cotidiana son los jeanes y los zapatos deportivos. Pero ayer se puso un atuendo largo con los colores celeste y blanco para bailar la melodía ‘Guayaquileño madera de guerrero’, como parte de los eventos desarrollados por las autoridades educativas, con motivo de las fiestas julianas.

“Es divertido bailar este tipo de música que forma parte de nuestro folclor y que los jóvenes las escuchamos solo en las fiestas de la ciudad”, dice la menor, quien tuvo que practicar varios días la coreografía.

En el colegio Vicente Rocafuerte se concentraron más de 700 estudiantes para revivir las costumbres y tradiciones de Guayaquil, a través de cantos, bailes de antaño, obras de teatro que mostraron las leyendas urbanas; festival de comida típica donde no faltó el encebollado de pescado, las humitas, las hallacas, el arroz con leche, la torta de choclo, etc., que forman parte de la gastronomía guayaquileña.

En uno de los stands estaba Mauricio Rezabala, de 8 años, estudiante del colegio Réplica Aguirre Abad, quien cargado de periódicos pregonaba las noticias importantes que contenían los principales diarios. Su personaje de periodiquero tuvo que ensayarlo y buscar en libros qué era lo que ellos hacían hace muchos años. “Nunca he escuchado a un periodiquero gritar las noticias en las calles. Este oficio está desapareciendo; ahora las familias prefieren leer el diario por internet”.

El betunero y panadero fueron otros personajes de algunas estampas guayaquileñas.

No faltaron fotografías y discos del cantante Julio Jaramillo y las canciones interpretadas por Marcelo García, de 16 años, del Réplica 28 de Mayo. “Me gusta cantar la música de JJ aunque mis amigos me digan viejo o chichero”, anota.

Otros jóvenes mostraron sus cualidades histriónicas al poner en escena algunas leyendas urbanas como la Dama tapada.

Mientras, en la Universidad Católica se recreó el Guayaquil antiguo, con narraciones de cuentos y leyendas, historias de los mejores platos típicos, conversatorios y una exposición de arte fotográfico e ilustraciones en plumilla ‘Guayaquil de mis amores’.