A sus 70 años de vida institucional, el Colegio de Abogados del Guayas (CAG), uno de los gremios más grandes del país, vive un proceso electoral histórico y sui géneris. La depuración que, por primera vez, se realiza al registro de los profesionales inscritos al gremio, para tener un padrón electoral con un real número de votantes, dejó fuera de la nómina a un gran número de afiliados, cinco por ciento de ellos fallecidos hace años.

De los 17.402 socios que están matriculados en el CAG, se eliminó a 2.976 (hombres y mujeres); y, por consiguiente, se habilitó a 14.426 para la jornada electoral que desarrollará el gremio el próximo 20 de marzo, fecha en que elegirán a la nueva directiva y demás dignidades.

De los eliminados, aproximadamente 900 profesionales del Derecho están muertos, pero seguían constando en los libros de registros del gremio, creado el 8 de marzo de 1950. Es un estimado que, hasta el pasado miércoles, tenía el Tribunal de Honor del CAG con base en un informe técnico entregado por el Consejo Nacional Electoral (CNE), con quien coordinan las elecciones.

“El Colegio va a cumplir 70 años y es la primera depuración que se está haciendo del padrón... como tribunal hemos legislado por esa connotación especial que genera la elección”, dice Juan Jiménez Guartán, presidente del Tribunal de Honor de la asociación.

Aunque se espera un informe más detallado de cuántos muertos salieron del padrón, el colegiado tiene “fijo” a 677 socios que partieron al más allá, hace décadas.

Pero el número de socios inscritos desde que se creó el CAG hasta el último registrado el 27 de diciembre del año pasado, podría pasar los 17.402 juristas que constan en sus libros.

En algunos casos, la matrícula o el número de registro de abogados fallecidos fueron otorgados como “herencia” a familiares o parientes.

Un ejemplo de ello es la matrícula de Leonidas Ortega Moreira, el primer abogado registrado en el CAG y el primer presidente del gremio, quien falleció el 7 de enero de 1987. Según el primer libro de registros, su número de matrícula fue asignada a un nieto. Pasó a ser el número 1. “No son todos”, aclara Jiménez, al asegurar que están trabajando también en ese tema.

El otro porcentaje de eliminados (alrededor de 2.076) son abogados que están vivos.

¿Pero por qué fueron excluidos del padrón? Porque no constaban en el registro electoral como tal, tenían menos de los diez dígitos de la cédula de identidad, o no constaban con el número de cédula, detalla Jiménez, constituido actualmente como la primera autoridad del gremio, por el proceso electoral.

Aunque la nómina ya fue cargada a la página web de la entidad, el Tribunal dejó abierta la posibilidad de hacer cambios, en el caso que algún afiliado no conste y decida presentar un reclamo, lo que será valorado para hacer un alcance al padrón.

Una revisión que tiene también su tope: hasta el 26 de febrero. “La aspiración de este tribunal es que todo se dé dentro de un marco de transparencia, que no exista ninguna situación irregular”, sostiene el representante electoral.

Con la depuración de vivos y muertos, el CAG continúa esta semana con las inscripciones de candidaturas. Hasta el viernes, ya se habían registrado cuatro listas, cada una integrada por 426 aspirantes: La 1 presidida por Fabian Yánez, la 2 encabezada por Ricardo Vanegas, la 3 dirigida por Priscila Carbo, la 4 por Hernán Ulloa y la 5 por Alfonso Luz Yunes.

Aunque por disposición judicial, se abrió el padrón electoral a todos los socios (estén o no al día en sus cuotas sociales) se cree que existirá un alto porcentaje de ausentismo, dado el desinterés que ha mostrado el 90 % de los afiliados en pagar los 10 dólares mensuales que cobra el Colegio para sostenerse.