Grave es ignorar hechos historicos
Todo país necesita de héroes para servir de inspiración. Unos son reales, otros creados. Nuestros historiadores con ideología de izquierda omiten eventos del pasado, por falta de conocimiento o mala fe. Este tema será analizado en Memorias Porteñas (18-11-2018) desde la perspectiva histórica. En el período de la Independencia hay un sinnúmero de omisiones o interpretaciones erradas. Asombra porque debe haber más de un millar de cartas escritas por Bolívar, Olmedo, Santander, La Mar, Santa Cruz, Luzuriaga y demás protagonistas. Hay bastantes publicadas en el exterior, posiblemente desconocidas en Ecuador. ¡Qué mejor fuente que ellas!, para escribir la historia. Solo se requiere ubicarlas, leerlas, poner la cronología, intercalarlas, comentarlas y publicarlas. Así de simple. Por ejemplo, las Memorias de O’Leary, general de Bolívar, están escritas en 31 tomos; en muchos hay correspondencia relacionada a Ecuador. Son decenas de cartas.
Por sublimar a Bolívar y Sucre, no dan mérito a otros protagonistas, como la División Protectora de Quito, ejército creado por José Joaquín de Olmedo, y al ejército peruano. En las cartas hay numerosas evidencias en que se destaca el aporte peruano, como una carta del 24 de junio de 1822 enviada por José Joaquín Olmedo al supremo delegado del Perú: “La victoria de Pichincha debida a las tropas del Perú, apresuró la entrada a Quito del Libertador de Colombia...”.
Es posible que la razón de la omisión se deba a que para los ecuatorianos Perú fue el enemigo por mucho tiempo. Pero si leemos la historia colonial y hasta la primera mitad del siglo XIX, las relaciones familiares y comerciales entre Guayaquil y Perú fueron estrechas. Cuando Rocafuerte se distanció de Flores y autoexiló, optó por residir en Lima, donde falleció.
Esos historiadores escriben de las magníficas relaciones entre Bolívar y Olmedo, poniendo como ejemplo el Canto a Junín. Si se leen las cartas, en muchas hay protesta y enfrentamiento.
Cuando Bolívar estuvo a las afueras de Guayaquil en 1829 y pasó varios meses en Puná recuperando su salud, no sé de ningún reencuentro.