n Hace dos años, Marpensa Trading se lanzó a la producción de atún. Rápidamente se sumó al chifle.

El gran paso de los pequenos

Colocar contenedores de mercancía ecuatoriana al otro lado del Atlántico no es cosa de gigantes. Las empresas pequeñas y medianas ya lo hacen y lo harán más y mejor gracias al acuerdo comercial con la Unión Europea. Al menos, el bloque comunitario quiere impulsar con un programa de financiamiento, atado al pacto comercial, para que las pymes nacionales den el gran salto.

Se han dispuesto 10 millones de euros ($ 10,5 millones) para que compañías que tengan al menos dos años de vida pero menos de cinco millones de dólares en ventas en el mercado interno (y estén al día en sus obligaciones tributarias) puedan acceder a un programa de asistencia para colocar -o extender, si ya tenían presencia- sus productos en los países europeos. La idea es ayudar con certificados, imagen, contactos y asesorías a las empresas.

Como no se trata de un subsidio, sino de un impulso, el proyecto Export-Des plantea un acompañamiento de 36 meses y los fondos se usarán como cofinanciamiento. Es decir, sea cual sea la necesidad de la pyme para crecer en la UE, los avances deberán comprometer a ambas partes al 50 %, explica Valeria Rodríguez, ejecutora del proyecto en Corpei.

El periodo de inscripción ya está abierto y está previsto para 200 empresas que trabajarán con Corpei o con Fedexpor, dependiendo de su grado de desarrollo. Se busca completar un pool inicial de 500 inscritas para después realizar la selección.

La oferta de alimentos y, en especial, los derivados de las frutas tropicales son el nicho que genera mayor expectativa y en el que hay mayor número de pequeñas y medianas empresas adscritas. Lo orgánico, además, tiene muy buena acogida, según Rodríguez.

Precisamente, EXPRESO ha contactado con tres de las empresas aprobadas por Corpei para acogerse al plan de asesoramiento y ayuda, y las tres se centran en la exportación de productos alimenticios con valor agregado, como chifles de plátano, yuca o frutas deshidratadas.

Las cifras reflejan un interés dispar. Si bien los elaborados del banano han crecido un 17 % en el último año (entre enero y mayo de 2016 y 2017) al pasar de 50 a 60 millones de dólares; los jugos y conservas de frutas en cambio se han contraído. En los años anteriores superaban los $ 60 millones (de enero a mayo) y este no llegan a $ 50 millones.

Los chifles de marpensa

Hace dos años, Marpensa Trading se lanzó a la producción de atún. Rápidamente se sumó al chifle. Eran 8-10 personas las que pusieron en marcha la empresa en Portoviejo. Ahora son 150 en total, aunque en la fábrica y exportación de chifles participan 15. Venden a Eslovaquia, Italia y Chile en torno a un contenedor mensual. Con su expansión por el mercado europeo, aspiran a multiplicar esa cifra. Ya tienen apalabrado el negocio con Mercadona, una gran cadena de supermercados españoles, que requerirá al menos 8 contenedores de chifles al mes. Para adaptarse, tienen una inversión en marcha de 50.000 dólares en equipos, certificación y mejora de la infraestructura de la planta. Y en breve, con ayuda del programa de la UE, apostarán por la semiautomatización de su planta para cubrir mayor demanda.

Exporganic y su fruta gourmet

De grandes importadores mayoristas a tiendas especializadas. Exporganic apuesta al valor agregado de su banano y mango deshidratados para hacerse hueco en el mercado europeo. Ya tiene apalabradas pequeñas ventas, para un público gourmet, en España y Bélgica como resultado del programa de ayudas de la UE. Seguirán la senda por el norte del continente donde la tendencia de lo orgánico está más afianzada. Hasta ahora, la empresa guayaquileña había vendido banano orgánico fresco en Alemania, Bélgica y Holanda. Para la nueva línea de negocio, que da trabajo a 15 personas, se hizo una modificación de la planta y ahora, con ayuda de la UE, invertirán entre 12.000 y 15.000 para las mejoras físicas y la obtención de la certificación de calidad.

Platayuc luchó por certificarse

Ahora Platayuc, una empresa guayaquileña que da valor agregado al plátano y a la yuca, tiene larga experiencia en colocar sus productos en el mercado europeo. Pero no fue así al principio. Tal y como contó a EXPRESO en su día, el negocio arrancó en 2007, pero hace cinco años se lanzó a los snacks. Y tuvo que trabajar insistentemente para colocarse en Europa con las certificaciones que respaldaran un producto desconocido para el consumidor extranjero. Ahora, cuatro de sus ocho productos tienen categoría orgánica y se dedican a fomentar la promoción de estos alimentos en los países del norte de Europa mediante la difusión publicitaria.