Dice que el turismo no era su fuerte, pero lleva más de tres años embarcada en un viaje en el que solo se cuentan buenos réditos. Muchas de sus metas se han ido cumpliendo. En ese lapso logró que el Municipio cree una empresa de turismo y consolide un buró de convenciones. La ciudad está encaminada precisamente a consolidarse como un destino de eventos. Y todo esto es apenas el inicio.

El turismo compromete a muchos sectores económicos ¿cómo estaba ese escenario cuando se posesionó en la Empresa Pública Municipal de Turismo?.

- El tema era complicado, y lo es todavía. Hay mucha división en la hotelería, y en eso ellos tendrán que unirse y ponerse de acuerdo todos y trabajar en conjunto para que esto mejore. En todo caso, trabajamos muy de cerca con la Cámara de Turismo y con los hoteles. Tenemos un comité técnico donde se incluye a la Autoridad Aeroportuaria y a las operadoras y hoteles de todas las categorías.

Culturalmente, el guayaquileño de a pie no está del todo vinculado con el tema turístico ¿Es una tarea pendiente?

- En tres años hemos realmente levantado todo un itinerario turístico, toda la información turística y recién estamos trabajando en los paquetes turísticos que están colgados en la web. Creo que es importante que a medida que la red de internet llegue a todos los lugares -se espera que el 2018 se cubran las 24 mil cuadras que tiene la ciudad-, eso será una facilidad porque hasta el que vende una botella de agua tiene celular y este se convierte en la mejor herramienta, porque tendrán a disposición las guías digitales.

El turismo le está asentando bien a la ciudad.

Guayaquil siempre ha sido vista como una ciudad de oportunidades y yo creo que con este despegue turístico, con más cruceros llegando, con todo lo que la ciudad hace noticia tanto en el país como en el mundo, definitivamente cada día enfrentaremos mejor el tema de la pobreza, la falta de empleo, haciendo de Guayaquil uno de los mejores destinos de Latinoamérica. Todo esto significa que los organismos internacionales están mirando a Guayaquil como una sede importante para congresos, para eventos, para negocios porque ya Guayaquil tiene prestigio.

Un panorama que se reedita con feriados como este inicio de noviembre ¿Cuántos visitantes se esperaban?

- Nunca hago cálculos porque la verdad es que me encanta llegar y ver. Por ejemplo, lo de la noria. Está repleta. Llegar y que la gente se me acerque y me diga que es del Puyo, de Baños, de Jipijapa, de Machala. Eso es un pulso. Ya el Observatorio Turístico nos ofrecerá las cifras, a fin de año, pero por lo pronto, por lo que observo, puedo estar en un estado de paz, por la cantidad de gente que llega a la ciudad.

En el tema de la seguridad ¿qué tan bien ha mejorado al Guayaquil turístico?

- No hemos tenido denuncias de asaltos en los últimos tiempos. En nuestra web y en redes sociales hay normas de seguridad como se hace en otras partes del mundo, en donde se le dice al turista lo que debe y no debe hacer. Y una de las cosas en las que más insistimos es en que no se camine por lugares alejados y de noche. Que usen servicio de taxis de cooperativas y de hoteles que garanticen un traslado seguro. Hay que ver cómo está México con el narcotráfico, Europa con el terrorismo. Son cosas que pasan en el mundo, superiores a lo que nosotros tenemos y sin embargo el turismo continúa llegando a esas ciudades.

Aunque se ejecutaron muchas obras en pro del turismo, no todo está hecho ¿Existe un proyecto próximo a ejecutarse?

- El proyecto más importante que el alcalde está ejecutando son los muelles del río Guayas. La Armada está ejecutando un estudio. Ya se inauguró el primero, en puerto Santa Ana. Ese espacio es uno de los sectores que tienen mucho movimiento nocturno. La gente está feliz y el panorama mejorará cuando los dueños de yates y botes lleguen hasta estas marinas y puedan disfrutar de un bar al pie del río. El río tomará vida y esa es una de mis más grandes ilusiones.

Durante la apertura de la última edición de Raíces, el alcalde Jaime Nebot habló de un mercado gastronómico ¿cómo va eso?

- Ese mercado va a estar en el malecón. Se llamará ‘El Mercado del Río’. Está ubicado aledaño al centro comercial (frente a las bahías). Ya se están haciendo los estudios. Será un lugar donde la gente comprará los productos necesarios para preparar los platos típicos, pero también se servirá el llapingacho, la fritada... pero a manera de las tapas españolas, comida al paso y en pequeñas porciones. Será un atractivo significativo para la ciudad y complementa el objetivo de convertir a Guayaquil en un destino gastronómico en la región.

Hace tres años y cuatro meses usted asumió este cargo... ¿Qué tal le ha ido?

- Considero que ha sido una etapa maravillosa en mi vida. El turismo no era mi campo, indudablemente, era un gran desafío. El alcalde le había apostado al turismo, luego de la transformación de la ciudad. Había mucho por hacer y había que hacerlo rápido y realmente Dios me ayudó para lograr todo esto que hemos logrado. Es mucho, pero tampoco es todo.