Garantizar la tranquilidad

Es tiempo de balances y de propósitos rectos, de robustecer los sentimientos nobles que nos unan y nos acrecienten a vivir armónicamente, en una pacífica convivencia. El primer deber de todos es garantizar la ocupación y la tranquilidad de la vida. Nos consta que el trabajo decente es una reivindicación mundial, ya histórica, con la que están confrontados los dirigentes políticos y empresariales de todo el orbe. Nuestra supervivencia depende de cómo hagamos frente a ese reto, pues no se trata solo de hallar un empleo productivo, sino de imprimir seguridad y protección social para las familias. Por desgracia, convivimos entre mucha pobreza y desigualdad.

Víctor Corcoba Herrero

España