Gabriela Sommerfeld: “La vida es divina”

Gabriela Sommerfeld: “La vida es divina”

Nombrada la mejor empresaria del país por varias ocasiones, Gabriela revela un espíritu inquebrantable, dejando huellas por donde va.

Con una sólida unión familiar, valora el hogar de donde vino. Allí le inculcaron valores y disciplina a través del deporte y el arte.

Forma parte de la Junta Directiva del grupo colombiano Movich Hotels, además de ser miembro del Directorio de Cervecería Nacional-AmbInBev en Ecuador, y de la Fundación Charles Darwin.

Con Quito a sus pies, el departamento de Gabriela luce meticulosamente ordenado. Destacan retratos de la familia en cada rincón, y su hijo Sebastián Latorre (27 años) me recibe con un acertado repaso de las imágenes. Bien puesto y supereducado, culminó sus estudios y dirige Coolbrand, la empresa de estrategia de mercado que fundó Gabriela tras finalizar su etapa en Aerogal. Aparece luego Camila, la segunda hija de la empresaria, que a sus 24 años está por empezar una maestría en Chicago, la recta final antes de regresar a Ecuador.

Entonces llega Gabriela, irradiando luz en sus hermosos ojos verdes. Es una mujer discreta, cautelosa y muy sencilla, quien con un tono franco y directo cuenta su historia, por demás proverbial.

La familia, el arte y Dios

Con una sólida unión familiar, valora el hogar de donde vino. Allí le inculcaron valores y disciplina a través del deporte y el arte, siempre libre para decidir su camino. Desde los tres años estudió piano en el Instituto de Música Sacra, una pasión que definió toda su juventud. Sus compositores favoritos, Bach y Chopin, pero también tocaba rock, música de salón y, en la Iglesia La Dolorosa, música protesta. Paralelamente, formó parte de un grupo juvenil católico con el que realizaba diferentes misiones sociales. “Buscábamos la luz dentro de nosotros, y yo la encontré”.

Hijos, ante todo

Se casó muy joven. A los 25 tenía dos hijos y un título universitario, eligió quedarse en casa. “Mi opción como mujer fue estar con ellos y darle todo el valor a mi hogar, porque la primera empresa siempre es la familia”. Dedicada de lleno a los suyos, fueron tiempos plenos y felices, pero luego de 14 años su matrimonio decayó. “El divorcio se da cuando las cosas no están bien. En mi caso, nos casamos muy jóvenes y al final fue un alivio para los dos enfrentar la situación. Felizmente lo superamos y hoy llevamos una excelente relación”. Consciente de su situación, empezó a prepararse para trabajar especializándose en su materia. “La maestría me dio libertad e independencia. El conocimiento lo recibí con mayor responsabilidad y eso me ayudó en mi autoestima, a sentirme completa en conocimientos y destrezas, lo que me permitió conocer a una Gabriela diferente que no había conocido en el hogar”.

Marcando hitos en la aviación

Mientras, Patricio Sommerfeld, su padre, había comprado acciones en una compañía aérea. Gabriela vio la oportunidad de apoyar a la naciente empresa con un plan de desarrollo global que se puso en práctica, y se involucró de lleno en la aerolínea en todos los procesos, escalando poco a poco posiciones que la condujeron a la presidencia y se convirtió en la primera mujer en América en liderar una compañía aérea, que creció exponencialmente con más de 1.200 trabajadores. “La experiencia fue extraordinaria, Ecuador marcó un hito dentro de la historia de la aviación, y compitió con grandes aerolíneas internacionales. Me sentí más ecuatoriana que nunca”.

Enfrentando la vida sin miedos

Hasta que nació su tercer hijo, Nicolás (Gómez), y todo cambió. La coyuntura de la aerolínea devino en su fusión con Avianca, y Gabriela decidió cerrar un capítulo para dedicarse a su pequeño. Tiene ahora ocho años y es el centro de todos. “Nico es divertido, inteligente, siempre nos sorprende. Quiero ser la madre que fui para mis hijos mayores, inculcarle valores y darle libertad y todo el apoyo para que aprenda a volar solo”.

Sin embargo, la vida tiene altos y bajos y para Gabriela la ecuación no ha sido la excepción. Hace tres años le realizaron una histerectomía, que casi le cuesta la vida. Un evento que califica de determinante porque le dio otra perspectiva de vida. “Fue un momento grave, tuve que aprender a pensar nuevamente. Pero a la final fue espectacular porque aprendí a no tener miedo ni a la muerte. ¡Además descansé! Me alejé de todo durante meses y me dediqué a ver cómo se hacen tortas en la televisión (risas). Mi hijo Sebastián me ayudó haciéndose cargo de la empresa y de la casa. Pero siempre mantuve una actitud positiva y gracias al apoyo de mi familia me recuperé”.

Más fuerte que nunca, Gabriela ha superado temores y enfrentado la vida con la convicción de haber entregado lo mejor de sí misma en todos los aspectos. Aprendió a enfocar sus energías únicamente en aquello que pueda sumar a su alrededor. Bajo ese precepto, avanza firme en diferentes sectores, aportando siempre con su experiencia y capacidad, bajo el dominio de un innegable don de liderazgo.

Actualmente forma parte de la Junta Directiva del grupo colombiano Movich Hotels, además de ser miembro del Directorio de Cervecería Nacional-AmbInBev en Ecuador, de la Fundación Charles Darwin y de otras empresas.

Un aparte representa su gestión en el campo turístico, al haber liderado ‘Quito Turismo’, cargo público ejercido con responsabilidad y compromiso. Gabriela también es gerente general de Le Parc Hotel en Quito, donde impulsa proyectos paralelos para potenciarlo.

Es vicepresidenta de Asuntos Corporativos Internacionales de un proyecto de integración energética regional, y está involucrada en otro importante proyecto de energías renovables en Chile, sector que le apasiona, con un potencial de grandes dimensiones.

Agradecida y motivada a cumplir metas y nuevos desafíos, finaliza con un pensamiento que la define en gran medida: “La vida es divina, todo suma, lo bueno y lo malo hay que agradecer y dejar fluir para seguir creciendo”.

Personal

- Estudió Finanzas y Marketing en la Universidad San Francisco de Quito, y una maestría en Administración de Empresas con énfasis en Marketing en el Instituto Tecnológico de Monterrey.

- Forma parte de la Junta Directiva del grupo colombiano Movich Hotels, además de ser miembro del Directorio de Cervecería Nacional-AmbInBev en Ecuador, y de la Fundación Charles Darwin.

- Hijos: Sebastián y Gabriela Latorre, y Nicolás Gómez.

“Mi padre es muy importante en mi vida, en el campo laboral y personal, y aunque a veces no estemos de acuerdo, siempre me apoya”.