El papa pidió al mundo en su mensaje del Domingo de Resurrección que emplee las “armas del amor” para combatir al mal de “la violencia ciega y brutal” tras los atentados terroristas de Bruselas.

El sumo pontífice ofició la misa de Domingo de Resurrección bajo fuertes medidas de seguridad y ante miles de personas en una soleada Plaza de San Pedro. Después, en el tradicional mensaje ‘Urbi et Orbi’ (a la ciudad y al mundo) que hace dos veces por año, el santo padre habló de la violencia, la injusticia y las amenazas a la paz en muchas partes del mundo.

“Que (el resucitado Jesús) nos acerque en esta fiesta de la Pascua a las víctimas del terrorismo, esa forma ciega y brutal de violencia que sigue derramando sangre en diferentes partes del mundo”, dijo desde el balcón central de la Basílica de San Pedro.

Francisco mencionó los recientes atentados de islamistas en Bélgica y también los de Turquía, Nigeria, Chad, Camerún, Costa de Marfil e Irak.

“Con las armas del amor, Dios ha derrotado el egoísmo y la muerte”, apostilló el líder de los 1.200 millones de católicos apostólicos romanos del mundo. El primer papa latinoamericano, de 79 años, instó a la gente a canalizar la esperanza de la Pascua para derrotar “el mal que parece influir sobre la vida de tantas personas”.

El santo padre condenó el “rechazo de quien podría ofrecer hospitalidad y ayuda” a los migrantes que “huyen de la guerra, el hambre, la pobreza y la injusticia social”, repitiendo una vez más sus llamados a los países europeos para que abran sus fronteras a los refugiados.

También instó a que en Venezuela se busque el diálogo y colaboración entre todos al recordar “las difíciles condiciones en las que vive” el pueblo venezolano. Agencias