Fracasados y repudiados mundialmente

Se cumplió el refrán “fue por lana y salió trasquilado” por los graves fracasos de los desprestigiados Trump y Netanyahu. Tras la irresponsable decisión del primero de proclamar, unilateral e ilegalmente, el reconocimiento de Jerusalén como capital de Israel, violando resoluciones de ONU y el derecho internacional como una tradición diplomática de hace 70 años, ha incrementado su repudio en EE.UU, en Alabama, donde acaba de salir electo un senador demócrata luego de una hegemonía conservadora de 23 años. El otro quiso aprovechar un viaje a Europa para convencer a Francia y a la UE- Bruselas, de aceptar y apoyar la declaración del norteamericano, pero tanto el presidente Macron, como Federica Mogherini, representante de Relaciones Internacionales de la UE, y los 28 ministros que estaban reunidos le dijeron, todos, que la política europea se basa “en la creación de dos Estados con Jerusalén como capital de ambos, tomando las fronteras de 1967”.

Por lo reseñado, más lo señalado en el artículo anterior, llaman la atención las declaraciones del embajador de Israel en Ecuador a diario El Universo del 9 de diciembre, que altera la realidad y presenta un panorama idílico, bondad y paz por parte de israelitas y que los malos y violentos son los palestinos. Primero, no aceptamos que hable solamente de la “violencia palestina”. Díganos señor embajador, ¿cuántos adolescentes y jóvenes deben morir para parar o destruir un tanque con piedras? ¿Cuál es el nivel de letalidad entre un cohete artesanal y el bombardeo de un caza israelí? Segundo, no es aceptable que diga “Si los palestinos hubieren estado sentados con nosotros hace años...”, o se olvida que Israel desde 1948, año de su fundación, ha generado guerras hasta la actualidad; responda qué oportunidad se le ha dado a la paz, parafraseando al beatle Lennon. Tercero, no puede sostener que la decisión de Trump se “tomó por la resistencia de los palestinos de volver a la mesa de negociaciones”; por qué no habla de los incumplimientos israelitas como la política de asentamientos en los territorios ocupados, o el bloqueo a la Franja de Gaza.