Vigilancia se refuerza por presencia de flota pesquera china.

La flota china se acerco al limite hace un mes

Moreno anunció el jueves el despliegue militar y el llamado al canciller chino. Pero la cercanía a Galápagos preocupaba antes.

La solución política y la diplomática tendría más futuro que la militar. Luego del anuncio del presidente Lenín Moreno de que enviará refuerzos navales y aéreos a Galápagos para vigilar a la flota pesquera china que merodea el archipiélago, el Gobierno empieza a analizar otras opciones.

Aunque la contundente reacción oficial se hizo pública el jueves, un día después de que la Armada del Ecuador alertara de la presencia de los barcos asiáticos, lo cierto es que los primeros reportes sobre su cercanía se produjeron entre febrero y marzo.

De hecho, a mediados del mes pasado la flota se ubicó en la posición más próxima al límite de la denominada Zona Económica Exclusiva, específicamente a 230 millas, según los sistemas de alerta con los que cuenta el país.

El reclamo del Gobierno ecuatoriano vino acompañado del anuncio de que será convocado el embajador de China en Ecuador, Chen Guoyou, para que dé información sobre el tema. Ayer, la flota se alejaba y ya se ubicaba a unas 900 millas al sur de Galápagos, frente a las costas de Perú.

¿La reacción oficial llegó tarde? El presidente del Consejo de Gobierno de Galápagos, Norman Wray, le dijo ayer a Diario EXPRESO que la vigilancia marítima y aérea es constante y el Gobierno dispuso, desde febrero, una fuerza de tarea y de monitoreo, cuando se constató la cercanía de la flota.

“Lo que ha hecho el Gobierno (el jueves) es manifestar una postura clara con respecto a la línea de protección de la soberanía nacional y de una zona tan importante como es Galápagos. Ha ratificado su postura, esta vez de manera pública”, señaló Wray.

Pero para el excomandante de la Marina, Aland Molestina, sí existiría lentitud no tanto en la movilización militar, pero sí en la búsqueda de mecanismos internacionales para proteger esta zona sensible que sufre un asedio que no es nuevo.

“La medida militar se justifica por la cercanía que alcanza la flota, pero el asunto importante es que Ecuador debió haber hecho la gestión ante la Convención de las Naciones Unidas sobre el Derecho del Mar (Convemar) para proteger las especies migratorias, cuya pesca afecta a los Estados ribereños. Eso requiere acciones políticas y diplomáticas”, dijo Molestina.

El vicepresidente Otto Sonnenholzner reconoció que este es un problema recurrente que requiere medidas definitivas. Una de las propuestas que estudia el Gobierno es ampliar el área de reserva marina de Galápagos, para lo que se requeriría la aprobación de la Convemar y de otros actores porque se trata del manejo de aguas internacionales.

Roberto Ochoa, ambientalista / cineasta

“Bajo el mar no hay fronteras”

¿En qué afecta que los barcos pesquen fuera de la zona protegida?

El problema es que algunas especies como los tiburones no permanecen únicamente en la zona protegida. Ellos se mueven en un área entre Coco (Costa Rica), Malpelo (Colombia) y Galápagos. Tener estos barcos ubicados por fuera de la zona protegida se convierte en una verdadera amenaza para ese ecosistema.

¿Cuáles son las especies marítimas más expuestas a ese peligro?

En realidad son todas las que están en peligro, pero puedo mencionar el caso del tiburón ballena porque Galápagos y las zonas adyacentes son de los pocos lugares en el mundo en donde se puede encontrar esta especie en estado de gestación. Ahí se reproducen y la pesca puede hacer que desaparezcan poco a poco.

¿Qué deberían hacer las autoridades nacionales e internacionales?

Debajo del mar no hay fronteras y menos para las especies. Queda hacer un llamado internacional para delimitar la pesca en esta escala.

Para saber

Legalidad

Sonnenholzner aclaró ayer que los barcos chinos no han violado la ley porque están fuera de las 200 millas.

Soberanía

El ministro de Defensa, Oswaldo Jarrín, ratificó que la flota no ha violado el territorio marítimo ecuatoriano.

Vigilancia

Wray justifica la vigilancia militar por lo impredecible de la movilidad de los barcos.

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