
La fiesta del 5 de mayo, deslucida y sin Trump
Con menos invitados, sin margaritas que beber y sin el presidente en la sala: así fue la primera celebración anual del Cinco de Mayo en la Casa Blanca de Donald Trump, quien delegó el evento a su vicepresidente, Mike Pence.
Con menos invitados, sin margaritas que beber y sin el presidente en la sala: así fue la primera celebración anual del Cinco de Mayo en la Casa Blanca de Donald Trump, quien delegó el evento a su vicepresidente, Mike Pence.
La tradición fue iniciada por George W. Bush en 2001 y continuada desde entonces para celebrar los lazos con México y los aportes de la comunidad hispana a EE. UU.
Un año después de que Obama celebrara su último Cinco de Mayo con un concierto del grupo mexicano Maná y una barra libre de margaritas, Pence recibió a un centenar de invitados que comían tacos en miniatura mientras escuchaban a un trío musical poco conocido y bebían vino o cerveza (eso sí, de marca mexicana). Y la recepción se realizó en un edificio contiguo a la Casa Blanca.
La fecha conmemora el aniversario de la batalla de Puebla (México) de 1862.
En su discurso, Pence no mencionó las acciones ejecutivas firmadas por Trump para acelerar las deportaciones y levantar un muro entre México y Estados Unidos. El mandatario, por su parte, regresó a Nueva York por primera vez desde que llegó a la Casa Blanca, para participar en una conmemoración histórica que sirvió para resaltar los lazos que unen a este país con Australia.