A favor de la sustitucion de importaciones

El efecto económico más dramático del “brexit” ha sido el colapso de la libra esterlina. Mervyn King, anterior gobernador del Banco de Inglaterra, elogió el tipo de cambio más bajo, llamándolo un “cambio bienvenido”. Debido a que el déficit de cuenta corriente de RU se encuentra en un nivel superior al 7 % del PIB -el más grande desde que se comenzó a recolectar datos en 1955- la depreciación de la moneda podría ser considerada una bendición. Sin embargo, ¿realmente lo es? Los economistas suelen afirmar que la forma de equilibrar las cuentas externas de un país es con una caída del valor de su moneda, lo que haría que las importaciones sean más costosas y las exportaciones más baratas, y así las primeras disminuyan y las últimas aumenten. Los precios más altos de las importaciones -que son pérdida neta para el país- se verían compensados por el aumento del empleo y los salarios generados por la posición más competitiva de las exportaciones. Pero para que la depreciación de la moneda haga su magia, se debe esperar que haya mayor demanda de las exportaciones en el futuro próximo, cuando baje el tipo de cambio (la elasticidad del precio de la demanda de las exportaciones debe ser alta). Mas, diversos estudios han demostrado que la elasticidad del precio de la demanda de exportaciones del RU es baja. Es decir que consumidores y productores británicos tendrán que soportar todo el peso de la devaluación: su consumo de importaciones será racionado a través de un fuerte aumento en la inflación de los precios, sin que ninguna ganancia proveniente de las exportaciones compense dicha situación. La razón parece ser la contracción masiva del sector manufacturero del RU -desde alrededor de un 28 % del valor agregado bruto en 1978, a menos del 10 % en la actualidad. De manera adicional, las reformas estructurales desde mediados de la década de 1990 han garantizado que los exportadores británicos estén profundamente integrados dentro de las cadenas de suministro globales. Como resultado, muchas exportaciones del RU requieren de insumos importados; por lo tanto, cuando la libra esterlina se deprecia y los precios de las importaciones se elevan, el efecto en cadena sobre los precios de las exportaciones hace que estas sean menos competitivas. Los datos más recientes de la OCDE muestran que el contenido de insumos importados incluido en las exportaciones del RU es de alrededor del 23 %, en comparación con un 15 % en las de EE. UU. y Japón. El banco nacional de inversión, por cuya creación actualmente aboga el Partido Laborista, podría dar un mandato para invertir en industrias con alto potencial de sustitución de importaciones. Una alternativa sería la de subvencionar estas industrias directamente desde el ministerio de Hacienda, con subvenciones vinculadas al precio ajustado a la calidad de la importación que se sustituye. A medida que los bienes producidos en el país se tornen competitivos con los productos extranjeros, se retirarán gradualmente los subsidios para que las industrias se sostengan por sí solas. La pérdida de acceso a mercados extranjeros que son de crucial importancia, resultado de los movimientos de divisas que están fuera del control del país, causa un daño en gran medida irreversible.

Project Syndicate