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La familia de una victima de la explosion denuncia en la Fiscalia

Un cuarto clandestino para tanques de gas tenía el restaurante de Quito donde ocurrió el accidente. Se pide investigar una presunta negligencia de los dueños.

La estructura del edificio donde funcionaba el local de comidas quedó afectada en el primero y segundo piso. Ayer, el lugar se encontraba acordonado y con resguardo policial. Todavía quedaban las evidencias de varillas y vidrios rotos.

Una desgracia que pudo evitarse. Eso es lo que creen los familiares del niño que falleció en la explosión de un restaurante en el norte de Quito, quienes ayer se encontraban en las afueras de la morgue, a la espera de la entrega de su cuerpo.

Otras 13 personas resultaron heridas la noche del domingo, al estallar una bombona de gas en ese negocio, ubicado en la avenida Diez de Agosto y Río Coca.

Un tío del menor fallecido, que prefirió no identificarse, se mostraba indignado. Supo que durante la cena navideña una empleada del sitio habría informado al encargado del local que un foco rojo se encendió como alerta ante una posible fuga de gas, pero que esto se ignoró.

Después de ocurrir la explosión, el niño quedó bajo de los escombros. Los familiares que habían estado junto a él, lo hallaron inmóvil.

“Lo llevamos al auto, pero estaba destruido”, detalla el pariente del chico, quien resultó con heridas en su mano.

El niño fue trasladado en un vehículo particular hacia una clínica, pero en el camino dejó de existir.

“Él era la alegría de nuestro hogar. Ahora nuestra casa se queda vacía, dijo consternado el tío de la víctima.

Un drama similar se vivía en la Unidad de Flagrancia de la Fiscalía, en el norte de la capital, a donde habían llegado los parientes de María Aurora Vega, de 80 años, quien hasta el mediodía de ayer se encontraba en estado crítico.

Ella sufrió politraumatismos tras el colapso del segundo piso del restaurante.

Los familiares de la anciana, que tampoco quisieron revelar sus identidades, se aprestaban a poner una denuncia en contra de los dueños del negocio.

El yerno de la afectada contó que al restaurante llegaron 10 personas para festejar la Nochebuena.

“El dueño del local ha tenido más de cuarenta cilindros de gas. ¿Cómo es posible que puedan dar permisos a esos sitios?”, cuestionó el denunciante.

En el sitio del accidente una cinta amarilla impedía el ingreso al restaurante, cuya planta alta quedó muy destruida.

Los moradores del sector estaban conmocionados por esa desgracia.

“Parecía que había una guerra. Era como si cayera granizo en el techo y lo que vimos fueron pedazos de vidrio”, narró Clemente Carrasco, quien vive frente al local siniestrado.

El segundo piso del restaurante tenía un cuarto clandestino donde se guardaban los cilindros de gas, es lo que determinó la Unidad de Investigación de Incendios del Cuerpo de Bomberos de Quito.

Las autoridades dijeron ayer que advirtieron esa novedad en el sitio tras una inspección efectuada el año pasado.

El Municipio de Quito, por su parte, tomó la decisión de retirar al restaurante el permiso de la Ley Única de Actividad Económica.

En la primera evaluación se recomendó el derrocamiento total de la segunda planta del negocio, informó Christian Rivera, técnico de Riesgos de la Secretaría de Seguridad del cabildo.

Lo que le preocupa al Municipio es la falta de corresponsabilidad de los dueños de locales, sostuvo el funcionario.

Reporte

Tras reportarse la emergencia, al lugar llegaron unidades y paramédicos de las instituciones articuladas de socorro. Los heridos fueron trasladados a varias casas de salud, mientras que personas que resultaron ilesas, recibieron el alta. Al menos seis vehículos parqueados cerca del restaurante quedaron destruidos.