El poder usa faldas

El poder usa faldas

Es una lucha de años. Primero, acceder al voto. Segundo, participar. Tercero, ser elegidas. Cuarto, la paridad. Y ahora, alcanzar la Presidencia de la República.

Es una lucha de años. Primero, acceder al voto. Segundo, participar. Tercero, ser elegidas. Cuarto, la paridad. Y ahora, alcanzar la Presidencia de la República.

La historia de las mujeres en lides electorales por la primera cabeza del Gobierno en Ecuador es escasa. Las cifras reflejan que desde las presidenciales de 2002 hasta las de 2013 solo cuatro mujeres han disputado, con poco éxito, el sillón de Carondelet.

La competencia, para ellas, fue dura. No solo por la gran cantidad de contrincantes de pantalón, saco y corbata, sino por pensamientos enraizados en la ciudadanía que aún ubican a la mujer un escalón abajo del hombre en casi todos los ámbitos, incluido el político electoral.

Lo más alto que ha escalado una mujer en la política nacional es a la Vicepresidencia. Rosalía Arteaga fue la primera y, hasta la fecha, la única en llegar a ser la segunda cabeza del Gobierno. Las oportunidades de repetir esta hazaña se multiplicaron luego de su elección, pero hasta ahí... solo se quedan en oportunidades.

En las últimas elecciones presidenciales, seis de los ocho binomios tuvieron como aspirante vicepresidencial a una mujer, pero (coincidencia o no) los dos más opcionados estaban integrados por hombres (Rafael Correa - Jorge Glas y Guillermo Lasso - Juan Carlos Solines).

La asignación de roles y la creación de estereotipos que ubican a la mujer alejada de la toma de decisiones abonaron, a lo largo de la historia, en la escasez de la presencia de ellas en las papeletas electorales. Dolores Padilla es la autora de esta conclusión. Ella integra el colectivo feminista ‘Nosotras’ y también fue candidata a la Vicepresidencia de la República. Romper estos roles y estereotipos es un esfuerzo en el que aún trabajan desde el movimiento social de mujeres.

A esta realidad aún latente le suma los discursos desde el poder que, a su criterio, aportan a fortalecer esa supremacía del fuerte sobre el débil. “El mismo modelo de liderazgo que ejerce la autoridad es uno patriarcal, autoritario, impositivo que ha fortalecido sobre todo la ideología de la sumisión. Eso solo fortalece esa compresión de que lo fuerte se impone a lo débil”.

El motivo está planteado. La pregunta ahora es: ¿cómo lograr una verdadera participación igualitaria? Es aquí donde aparecen los partidos políticos. Son los que pueden presentar candidatos y en ellos recae la decisión de postular o no a una mujer como posible presidenciable. Y aquí está el problema. La mayoría de organizaciones adolece de escasez de apertura a voces femeninas que tomen la batuta.

¿Cuántas mujeres actualmente lideran las organizaciones políticas de Ecuador? Ninguna. Entonces ¿el problema es de las mujeres? No, responde Padilla. El problema es de la democracia ecuatoriana “que está en déficit”.

Bueno, no solo de la ecuatoriana. Si se amplía el análisis a otros países, es fácil observar que naciones catalogadas como desarrolladas todavía no ven a una mujer en el poder. Estados Unidos, por ejemplo, tendrá posiblemente a su primera candidata oficial a la Presidencia. Chile, Argentina, Brasil y Costa Rica ya dieron ese paso. Gran Bretaña, Israel e India también.

La Oficina de ONU Mujeres en Ecuador recordó a EXPRESO que en septiembre de 2015, los estados miembros de las Naciones Unidas adoptaron la Agenda de Desarrollo Sustentable, que propone, entre sus 17 objetivos, la necesidad de fortalecer la institucionalidad democrática para alcanzar la igualdad de género hasta el 2030.

Pero algo está cambiando. Los comicios presidenciales de 2017 están cerca. Una nueva oportunidad dibuja, de momento, un panorama favorable en Ecuador para el llamado ‘sexo débil’. Dos mujeres, por ahora, figuran como precandidatas a la Presidencia: Lourdes Tibán (Pachakutik) y Cynthia Viteri (Partido Social Cristiano). ¿Ecuador está listo para que el poder vista de falda y tacones altos? Hay voces que gritan: ¡Sí!

LOS EJEMPLOS DEL MUNDO

Son las primeras que llegaron lejos en sus países. Algunos ejemplos de los muchos en el mundo. De izquierda a derecha: Laura Chinchilla, expresidenta de Costa Rica; Cristina Fernández, expresidenta de Argentina; Angela Merkel, canciller de Alemania; Margaret Thatcher, exprimera ministra de Inglaterra; Dilma Rousseff, presidenta (suspendida) de Brasil; y Michelle Bachelet, presidenta de Chile.