Según un estudio, los hombres se sienten intimidados cuando su pareja registra mayor éxito o logros que ellos.

Hasta que el exito nos separe

Cuando llegó a la oficina sus cosas no estaban en su lugar. De hecho, no había nada. Sorprendida fue hasta donde su jefe y este con una gran sonrisa le anunció la buena nueva. Tenía una nueva oficina, la del fondo. Sí, la que todos codiciaban porque era la del supervisor, sin contar con que esta tenía una cafetera personal. Había sido ascendida, luego de nueve años de dedicado trabajo.

Estaba impaciente por contárselo a su esposo, pero prefirió esperar a la hora de almuerzo. Lo citó donde siempre y le contó la noticia, un efusivo abrazo secundó a la novedad. Sin embargo, eso fue una respuesta temporal. Pasaron los meses y venían los reproches por “dedicarle mayor tiempo al trabajo”, la desvalorización a los logros o la indiferencia cuando ella contaba, con emoción, alguna nueva actividad que le habían encomendado.

Estas actitudes son comunes en el perfil de la persona envidiosa. Este sentimiento puede provenir de amigos, familiares e incluso de la pareja, con quien todo aspecto se convierte en una competencia por quién es mejor. La psicóloga María Gracia León asegura que la envidia es un sentimiento negativo que desvela la inseguridad de la persona que la siente.

Para ella es importante resaltar que celos y envidia no es lo mismo. El primero trata sobre el miedo a perder a la persona amada mientras que el segundo hace referencia al deseo de tener lo que otro posee. Esto se ve reflejado en sensaciones de insatisfacción o frustración.

Según la psicóloga Gloria Bermúdez, en la sociedad existen roles de género definidos. En estas concepciones, es el hombre quien cumple la labor de sostén y protección del hogar. Y aunque existe una mayor liberación femenina, la tendencia se mantiene. Un estudio de la Universidad de Florida, y publicado en el “Journal of Personality and social Psychology”, indicó que a los hombres, a los que se les dijo que su pareja había quedado entre los 12 mejores, obtuvieron un autoconcepto inferior a los que creerían que sus mujeres estaban entre las 12 peores calificadas del estudio. Los investigadores explicaron este fenómeno a través del cuestionamiento interno que pregunta si se es lo suficientemente bueno para estar con esa pareja.

León, quien también es magíster en terapia de parejas y familia, resalta en que al compañero se lo admira. En el momento que se cruza la línea hacia la envidia la relación ya no es sana. “Llevan la rivalidad a casa y viven una competencia constante”, recalca la especialista.

Insiste en que el área laboral es solo un aspecto de la vida y que la pareja debería saber discernir entre esos dos aspectos. Además, que los logros de la pareja son compartidos debido a que la salud de la relación permitió la estabilidad emocional para que el otro alcance esa meta.

¿Trabajar juntos fomenta la envidia profesional?

Laborar juntos y convivir es una tarea que para algunos representa “el día a día ideal”, debido a que les permite compartir mayor tiempo con el ser amado, mientras que para otros laborar junto a su pareja es sinónimo de una “pesadilla” porque se sienten asfixiados y sin espacio personal.

Creen, incluso, que al compartir tanto tiempo se perderá la emoción del reencuentro que sentían al llegar a casa, en comparación con aquellos cuyos trabajos no son en el mismo establecimiento.

Inés Vega, psicóloga organizacional, explica que el éxito de “trabajar juntos depende de la consolidación que tenga la pareja y las metas que ambos se hayan propuesto”. Recalca además que laborar en una misma empresa acarrea problemas si es que la pareja es competitiva.

En ese caso se ve al otro como si fuese un enemigo y se traslada la rivalidad a cada aspecto del hogar. En una generación que se destaca por su capacidad de emprendimiento, la pareja puede ser vista como el mejor socio. Un estudio de la Universidad Estatal de Oklahoma estima que tres millones de los 22 millones de pequeños negocios que había en Estados Unidos eran de parejas.

Si bien es cierto que ambos posean la misma profesión o que laboren juntos en una empresa, pudiese parecer un escenario ideal para el nacimiento de la envidia profesional, para el psicólogo organizacional y experto en recursos humanos, esto no es suficiente. Este sentimiento surge “habitualmente por la percepción de desigualdad entre prestigio o resultados obtenidos por la otra persona y eso es independiente de la especialización”.

Este problema no se limita solo al valor monetario que uno de los dos percibe. Torres cree que “el trasfondo del asunto va más allá del dinero, puesto que también puede iniciarse porque una persona siente que sus competencias y talentos son desaprovechados o que se tiene que realizar un sobresfuerzo para conseguir resultados favorables, mientras que para su pareja la vida laboral resulta una tarea sin inconvenientes”.

Testimonio

Amor entre compañeros

Camilo e Inés laboran para una empresa textil y son pareja desde hace varios años. Por siete años compartieron un cargo similar hasta que el supervisor renunció. Ambos tenían los méritos suficientes para ocupar ese puesto, sin embargo, Inés fue la promovida.

Ahora, ella es jerárquicamente superior y jefa de su esposo. Durante las primeras semanas la situación fue incómoda. Camilo desestimaba las órdenes de ella y no le mostraba el respeto a su nuevo cargo, pero luego de “una que otra discusión” lograron separar trabajo y vida personal. En enero cumplieron 14 años de matrimonio.

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