La exigencia de recetas inquieta al consumidor

La exigencia de recetas inquieta al consumidor

Aún falta por discutirse y aprobarse, pero los cambios que propone el nuevo Código de Salud sobre el expendio de medicamentos inquietan no solo a la industria sino al consumidor.

Aún falta por discutirse y aprobarse, pero los cambios que propone el nuevo Código de Salud sobre el expendio de medicamentos inquietan no solo a la industria sino al consumidor. El rechazo: que se tenga que usar una receta médica para comprar productos como la leche en fórmula. La preocupación: el encarecimiento que este alimento pueda tener.

“¿Cómo es posible que se incluya un artículo de primera necesidad como la leche en esta lista?”, se preguntaba este domingo el usuario de Twitter JC Delgado Villena, tras reaccionar a una publicación de EXPRESO donde se recogían las propuestas del nuevo Código que en mayo fue aprobado en primer debate en la Asamblea. Igual criterio tuvo Sofía Torres, al cuestionarse cómo una receta encarecería “la leche para bebés, un producto que ya es muy costoso”.

En este instrumento legal se da la facultad a la Autoridad Sanitaria Nacional para regular la producción y comercialización de este producto, pero también de controlar su uso racional. Lo que pretende la Asamblea es que el requerimiento de una receta pueda desincentivar su uso y priorizar el consumo de la leche materna, con mayores propiedades nutricionales para los infantes.

No obstante, a criterio de Christian Whali, presidente de la Asociación Nacional de Fabricantes de Alimentos y Bebidas (Anfab), esta medida podría tener efectos contraproducentes, puesto que un gasto adicional de recetas llevaría a las madres a tratar de reemplazar este producto por otros. “Hay que entender que la leche de fórmula no sirve para sustituir la leche materna sino para complementarla cuando una madre, por trabajo o problema biológico, no pueda dar de lactar a su hijo”, dijo.

Mayra Narváez, trabajadora social, está de acuerdo con la exigencia de una receta, pero cree que esta medida debe aplicarse para fórmulas más especializadas y no para marcas que sirven de soporte para la alimentación de los niños. Según el BCE, en el 2016 la importación de fórmulas lácteas para niños de hasta 12 meses de edad sumó $ 24,8 millones, versus los $ 30 millones de hace cuatro años.

Mario Rafael Ayala, presidente alterno de la Cámara de Industrias de Guayaquil, espera que este proyecto, que en cuatro meses tiene previsto volver a analizarse en segundo debate en la Asamblea, tome en cuenta los reparos del sector. Para él, la obligatoriedad de una receta tendrá su impacto en la economía familiar y en el campo laboral. “Hay muchas mujeres que después de dar a luz (y gozar de su licencia) por necesidad optan por trabajar las 8 horas diarias. Para eso requieren de esa ayuda, de un complemento alimenticio para seguir alimentando a sus hijos”, dijo. El pedido de Ayala y el de los laboratorios farmacéuticos es aplicar receta médica solo en antibióticos y medicamentos de consumo controlado.