Peligro. Basta topar con la mano las mallas de la metrovía para observar el hollín originado por el humo de los buses.

El exceso de humo en los buses, aun sin solucion

La Autoridad de Tránsito Municipal responsabiliza al diésel que se distribuye en la ciudad.

Con el Registro Único de la Autoridad de Tránsito (RUAT) y la revisión técnica anual se esperaba no observar en las calles buses urbanos que contaminen a través de la emisión de gases.

Si bien hay menos unidades con esas deficiencias, la situación persiste, incluso en automotores de la metrovía. Aquello lo evidenció un equipo de Diario EXPRESO en un recorrido efectuado el viernes.

El censo que realizó el año pasado la Autoridad de Tránsito Municipal (ATM) le permitió el retiro de circulación de unos 800 buses que cumplieron con su vida útil, es decir más de 20 años. Una de las principales causas de la salida fue por la contaminación que generaban.

El gerente general de la ATM, Andrés Roche, sostiene que parte de la emisión excesiva de humo obedece a la mala calidad del diésel que se destina a Guayaquil.

Señaló que retiran de manera paulatina la circulación de unas 600 busetas, que serán reemplazadas por nuevos minibuses o buses, precisamente para aportar en la reducción de la contaminación, pero aquello tendrá efecto si se mejora la calidad del combustible.

Roche solicitó a la dirección de Ambiente del Municipio que efectúe una auditoría del diésel para determinar si se cumplen con los parámetros de calidad.

El presidente de la Federación de Transportistas Urbanos de Guayas (Fetug), César Carranza, dijo contar con la información relacionada a una mejora progresiva del diésel que se destina a Guayaquil.

A su criterio, el inconveniente está en la falta de una adecuada filtración, ya que desde la movilización vía tanquero y hasta verter en el reservorio se acumula humedad.

Carranza, quien también es presidente del consorcio Metroquil, recordó que en el 2008 gestionó ante el Ministerio de Hidrocarburos la distribución de un mejor diésel, ya que los nuevos buses de la metrovía, los Euro 3, requerían combustible de mínimo 50 partículas por millón (premium). Hasta ese entonces recibían el que tenía 600 partículas por millón.

Pero la humedad sigue siendo el factor negativo, una de las causas del humo negro.

Así lo confirmó el gerente general de la Fundación Metrovía, Leopoldo Falquez, quien anunció la adquisición de filtros para los surtidores ubicados en las tres terminales.

Aquello no es posible para los buses urbanos, remarca Carranza, tomando en cuenta que son más de 2.400 unidades distribuidas en 72 cooperativas.

El representante del Tejido Social de Guayaquil, Gelacio Mora, opina que trabas para una mejora del combustible es una excusa de las autoridades y de los transportistas.

“Más allá de pensar en la humedad o buscar un responsable, no hay una decisión política para que se haga cumplir las normas que piense en salvaguardar la vida”, expresó.

A su criterio, entidades profesionales independientes de la administración pública deberían efectuar el estudio que detecte los problemas y determinen correctivos para un mejor combustible.

En la mira el vehículo climatizado

Andrés Roche aplaude la iniciativa de los transportistas interesados en ampliar el servicio a través de la climatización de varias unidades.

Sin embargo, el funcionario señaló que el problema no está en la inversión de los equipos de aires acondicionados, sino en mantenerlos operativos y por ende en el posible impacto que podría ocasionar un incremento de la tarifa.

“El ajuste tarifario deberá estudiarse en virtud al bolsillo del ciudadano, al alcance que pueda ofrecer el servicio”, remarcó.

Los vehículos climatizados es una política que deberá definirla el alcalde Jaime Nebot.