Moreno pidió disculpas por llamar ‘monito’ a un menor de edad de Guayaquil.

Exabruptos que etiquetan

Las polémicas declaraciones del presidente Moreno develan una falta de ruta a seguir. La historia política ecuatoriana está llena de frases fuera de tino.

Las palabras pesan y más cuando se es funcionario o figura pública. La historia política ecuatoriana está llena de frases llamativas y polémicas, pese a ello, los presidentes, alcaldes, asambleístas o líderes políticos siguen enriqueciéndola con más declaraciones que podrían calificarse como lapsus o algunas deliberadas.

La última aportación del presidente Lenín Moreno, quien usó como modelo a un menor de edad de Guayaquil, al que llamó ‘monito’, como un intento de ejemplificar el emprendimiento de los habitantes del Puerto Principal, fue fuertemente cuestionada. Ahora, en la época de las redes sociales, el vídeo de las declaraciones se viralizó, generó algunos memes y, sobre todo, motivó muestras de rechazo. El primer mandatario terminó disculpándose.

Pero, lo que para algunos es una frase malinterpretada, para otros evidencia algo más de fondo: la falta de un rumbo. “No se ve una visión de Gobierno... Lamentablemente se han convertido en un gobierno reactivo. Eso responde a no tener un norte, una visión, un rumbo”, explica el consultor político y catedrático universitario, Alfredo Dávalos.

No solo eso, la imagen de quien emitió esas declaraciones se verá, por lo menos por un buen tiempo, relacionada a la parte negativa de esa frase. El poder que las redes sociales le dan a la ciudadanía se encargará de recordar el lado negativo de lo que se dijo y expandirlo. “En este mundo hipercomunicado hay que tener cuidado con este tipo de errores, que le pueden pasar a cualquier, pero terminan calando y reavivando algunos odios que en algún momento fueron superados”, precisa el experto.

Inmediatamente difundidas las declaraciones del presidente Moreno, comenzaron las reacciones. La legisladora Cristina Reyes fue una de las que cuestionó el comentario. “Es de una soberana ignorancia y desconexión cruel con la realidad confundir emprendimiento con trabajo infantil. Los niños de cinco años no pueden estar vendiendo en la calle colas y considerarlo digno de elogio”, publicó en su cuenta de Twitter.

Por la misma vía, otros, como la ministra de Inclusión Económica y Social, Berenice Cordero, salieron en defensa del primer mandatario a contextualizar sus declaraciones en la línea del emprendimiento y no del trabajo infantil como se comentó en las redes sociales. “Para el presidente Lenín Moreno no hay nada más importante que la acción social. En año y medio hemos atendido a 500.000 familias pobres y a sus hijos, y los hemos alejado del trabajo infantil. Eso es lo que importa. Esa es la verdad”.

Aplausos y abucheos. Cualquiera que estos sean y vengan de donde vinieran, para el consultor político guayaquileño, Camilo Severino, este tipo de declaraciones desatinadas evidencian una clara desconexión del político con su línea de discurso y de asesoría. “El gran problema es que cuando un político no sigue una línea, se expone a destruir toda su imagen y línea política en pocos minutos... Todo político, y más aún un presidente, siempre tiene un asesor que le dice las palabras que debe usar para hacer un comentario. Cuando no lo sigues, eres presa para cometer esos exabruptos”.

No solo revela una desconexión del discurso, sino sobre todo otro aspecto, a criterio del experto. “También muestra una desconexión con la realidad ciudadana... Eso es lo que la gente terminará sintiendo, que sus líderes no comparten sus mismas ideas”.

Las palabras pesan. Pueden llevar una gran carga emocional o social muy robusta, al punto de etiquetar no solo de quien se habla, sino a sí mismo.

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