Los candidatos a la presidencia estadounidense, Hillary Clinton y Donald Trump, se enfrentarán en las urnas el próximo martes 8 de noviembre.

Estados Unidos en 6 claves

Guía para entender cómo se elegirá, este martes 8, al sucesor de Barack Obama. Una elección que no deciden los votantes, sino un comité electoral.

1. ¿Por qué la votación se realiza los martes?

Nadie hace una fiesta un martes, sin embargo Estados Unidos celebra sus elecciones un martes laborable de noviembre por una ley dictada cuando era un país agrícola, se desplazaba en carruaje o a caballo y solo votaban los hombres blancos: en 1845.

Ese año, el Congreso decidió uniformar el hasta entonces caótico e inestable calendario electoral con la primera ley federal en establecer un día de voto común para toda la nación: el primer martes después del primer lunes de noviembre.

En esa fecha había terminado la cosecha, todavía el clima permitía buenas condiciones en las vías y se evitaba que coincidiera con el cierre de cuentas de los comerciantes o la festividad de Todos los Santos para los católicos si las elecciones caían en el primer día del mes.

En ese Estados Unidos rural, la mayoría de los ciudadanos tenía que hacer un viaje largo para ir a votar a la sede del condado en los lentos transportes de la época: en un carruaje o a caballo.

Eso hacía imposible elegir el lunes como día electoral, ya que muchos tendrían que comenzar su trayecto en domingo, algo impensable al ser un día de iglesia y oración para los cristianos.

Votar durante el fin de semana estaba así fuera de consideración por motivos religiosos: el sábado podrían votar los cristianos, pero no los judíos, que celebran su día sagrado (“sabbat”).

Hoy, 171 años después, Estados Unidos sigue votando en martes, pese a las dificultades que presenta para los ciudadanos del siglo XXI ir a las urnas en un día laborable y lectivo.

2. ¿Y si los votantes no pueden acudir ese día?

En Estados Unidos existe, como en ningún otro país, la alternativa del voto anticipado si el votante no puede asistir el día del sufragio. En total, 34 estados permiten el voto por adelantado sin necesidad de excusa para hacerlo. Otros seis estados más permiten esta práctica si se tiene una justificación. Siete estados no ofrecen el voto anticipado. Hay tres estados en que todo los votos son por correo.

A lo largo de las últimas elecciones, la popularidad del voto anticipado ha crecido y se espera que más de un 40 % de los votantes en esta ocasión lo hagan de manera adelantada.

En consecuencia, las campañas presidenciales y el sistema electoral estadounidense ha puesto un mayor énfasis en esta práctica, ya que facilita que un mayor número de ciudadanos voten y permite a los candidatos calcular qué resultados pueden obtener en los distintos estados.

3. ¿Quién finalmente elige al presidente de los EE. UU.?

Al presidente de los Estados Unidos no lo eligen directamente los ciudadanos. A él lo nombra una cámara llamada Colegio Electoral, formada por 538 representantes llamados electores.

La cantidad de electores por estado surge de la suma de sus senadores (dos) y sus representantes en el Capitolio (depende de la población de cada Estado).

Para ganar, una fórmula presidencial debe obtener la mitad más uno del total de los votos del Colegio Electoral: es decir, 270 electores. Con ese número, el pase directo a la Casa Blanca está asegurado.

Pero si ningún candidato alcanza esa cifra, entonces entra en acción la Cámara de Representantes, que debe escoger al ganador entre los tres candidatos más votados.

El 20 de enero de 2017 el presidente y el vicepresidente electos tomarán posesión de sus cargos y pondrán un punto final a dos mandatos demócratas de Barack Obama.

4. ¿Qué son los estados pendulares?

De los 270 electores anhelados, algunos ya están asegurados. Vienen de aquellos estados que históricamente votan por un partido y su candidato, como Alabama y los republicanos o California y los demócratas. Los estados que no son marcadamente “azules” (demócratas) ni “rojos” (republicanos) son los llamados “swing states” o estados pendulares, aquellos que -justamente- oscilan entre un partido y otro entre cada elección.

Otra acepción para los “swing states” se enfoca en su capacidad de incidir en el resultado final de la elección. Es el caso de dos estados pendulares decisivos, como Florida y Ohio. En este último, desde 1964, cada candidato que ganó allí se hizo también con el premio mayor: la presidencia. Por eso, en esos dos estados es donde los candidatos presidenciales lanzan toda su artillería propagandística.

5. ¿Qué más aparece en las papeletas?

El martes, los estadounidenses no solo elegirán al presidente y vicepresidente, también escogen 34 de los 100 escaños del Senado y los 435 asientos de la Cámara de Representantes. Hay 12 gobernadores en lid y 93 cargos ejecutivos estatales que incluyen a fiscales generales y a comisionados de seguros, según Ballotpedia. Cerca del 80 % de los asientos de las 99 cámaras legislativas estatales también están en juego. Además, los estadounidenses escogerán a concejales de las ciudades, miembros de los consejos escolares y jueces.

En 35 estados los votantes también tendrán voz en más de 100 referendos sobre temas específicos como la legalización de la marihuana, la subida del salario mínimo y el endurecimiento de la legislación sobre las armas, de acuerdo con Ballotpedia.

6. ¿Cuándo se conocerán los resultados?

La ley federal establece que los electores de cada estado deben reunirse en las capitales de sus respectivos estados, el primer lunes posterior al segundo miércoles de diciembre. Este año será el 19 de diciembre. Allí emitirán su decisión oficial en una votación que se certificará y enviará al vicepresidente Joe Biden. El 6 de enero Biden presidirá el recuento formal del colegio electoral y nombrará al ganador. El presidente jurará su cargo el 20 de enero.

Es improbable que se produzca un empate a 269 en el Colegio Electoral, pero no es inconcebible. El sistema original tenía un número impar de electores (535), haciendo imposible un empate, pero la vigésimo tercera enmienda a la Constitución en 1961 otorgó tres votos al Distrito de Columbia y cambió el total a una cifra par. Debido a ello el empate es posible desde 1964, pero nunca se ha producido.