Michelle Salguero, Jannet Vaca, María Dolores Cazorla y Danilo Santa Cruz Rodríguez posan junto a Gloria Gallardo (centro) tras la entrega de estadísticas.

El equipo que marca la ruta turistica local

El año pasado llegaron a Guayaquil más de 546.000 turistas extranjeros y 1,7 millones de visitantes locales.

Detrás de los turistas, hay un equipo averiguando sus gustos, sus motivos de estadía, el tiempo que se quedan, su lugar de procedencia, cuánto gastan... Y con toda esa información recopilada en el aeropuerto, los malecones, parques y otros atractivos de la ciudad, se da forma al perfil del turista de Guayaquil.

Es un perfil que va cambiando. Y se dan sorpresas, como las que arrojó el informe del primer trimestre de este año. Si en el mismo periodo de 2015 hubo un notable incremento del turismo de familia, esta vez (de enero a marzo de 2016) se registró un menor ingreso de niños.

¿Qué pasó? Eso es la pregunta que se hace el Observatorio Turístico de Guayaquil y que ha transmitido, principalmente, a las autoridades del sector y a los hoteleros.

Allí comienza una serie de análisis, como por ejemplo saber si en los restaurantes de los hoteles hay comidas y bebidas para niños, no solo gaseosas o jugos, sino diseños que sean atractivos para los pequeños. Y también actividades para ellos. Lo que se quiere es atraer a más gente hacia esta ciudad, que es la más visitada del país.

Gloria Gallardo, presidenta de la Empresa Pública Municipal de Turismo, resalta la importancia de este observatorio que se creó hace más de un año, gracias a un convenio con la Universidad de Especialidades Espíritu Santo (UEES).

“Con la información que nos dan, planificamos el trabajo. Ahora encuestamos a la gente que llega a los cruceros y a los extranjeros que entran por el puerto. Encuestamos todos los eventos que realizamos: un desfile, una feria...”, explica.

En este nuevo perfil, se muestra que las edades de los turistas cambiaron, de 33 a 36 años. Y aunque podría parecer una diferencia mínima, sí incide, explica Danilo Santa Cruz, licenciado en Turismo y quien dirige el observatorio. “Hay una diferencia en gustos, en la alimentación, en los lugares de recreación que prefieren”, cuenta.

Estas estadísticas demuestran además que Guayaquil dejó de ser una ciudad de paso como lo fue el 2012, en que quienes llegaban se quedaban hasta dos noches. La estadía se ha triplicado.

Las buenas noticias de ese reporte del primer trimestre es que la curva de visitantes siguió creciendo, en la línea que superaba a los 140.000 turistas.

Pero ocurre lo contrario con los datos actualizados a abril y estos encienden el bombillo: hubo una baja importante de ingreso de visitantes y se lo atribuye al terremoto del 16 de ese mes. Aunque Santa Cruz prefiere no revelar las estadísticas, dice que esta información motiva a delinear nuevas estrategias. Allí está la importancia de la información que recopila y analiza el observatorio.