Elecciones trascendentes

Durante este octubre que finaliza mañana, se han cumplido importantes elecciones seccionales en diversos países de América Latina. Los resultados no han conllevado mayores sorpresas. En algunas de las repúblicas del continente, dichos resultados reflejan la respuesta de los pueblos a la calidad de la conducción política que, a su entender, han recibido.

Cabe reseñar que el fenómeno no es visible en todas, en razón de múltiples restricciones. En Nicaragua, por ejemplo, donde se realizarán elecciones generales el próximo domingo 6 de noviembre, es de suponer que no habrá sorpresas. Daniel Ortega, actual primer mandatario, recibirá la mayoría requerida para obtener un nuevo mandato: el cuarto. La novedad es en la presente oportunidad su compañero de fórmula, integrando la papeleta electoral como candidato a la vicepresidencia, su esposa, Rosario Murillo. La única oposición significativa, a cargo del histórico Partido Liberal Independiente, se encuentra dividida y fragmentada en razón de manipulaciones orientadas, según se afirma, desde los sectores gubernamentales.

A días seguidos, el martes 8 de noviembre habrá elecciones en los Estados Unidos de América y en Puerto Rico. Este último, Estado Libre Asociado de los Estados Unidos, elegirá gobernador, comisionado, alcaldes y senadores.

En cuanto a las elecciones en los Estados Unidos, como con seguridad se conoce, la competencia electoral está radicada, tal cual es tradicional, entre los aspirantes presentados por el Partido Demócrata y el Republicano. Las singularidades, para llamarlas de algún modo, del candidato republicano, han generado una especial atención en Latinoamérica. Los discursos de corte xenófobo, descalificador de los migrantes, pronunciados durante la campaña han degradado los comicios, convirtiéndolos en una competencia de oprobios, donde no se resaltan los méritos para aspirar a dirigir los destinos de una gran nación sino los defectos del contrario. Siendo, hasta donde las encuestas permiten evidenciarlo, improbable un triunfo republicano (salvo nuevas investigaciones que involucran a Hillary), es posible que el voto hispano sea determinante para una victoria de la aspirante demócrata que, por lo demás, sería la primera mujer y ex primera dama en llegar a ostentar el poderoso cargo de presidente de los Estados Unidos. Todo un reto.