Quien los educo

Mientras la incertidumbre, el dolor y la angustia anidaban en la mente y el corazón de los ecuatorianos, lamentablemente no faltaron algunos que quién sabe con qué protervas intenciones se lanzaron a la tarea de exacerbar los ánimos o como dice el adagio popular, a “echar leña al fuego”. Así, el martes y miércoles después de la tragedia se corrían rumores e incluso se enviaban fotos sobre polvaredas ocurridas por inexistentes colapsos de edificios en Guayaquil, mientras que en Quevedo se lanzó a rodar el rumor de que la represa Baba se había fracturado, generando caos y pánico, reproduciendo nuevamente una noche fatal.

Como profesores que somos, ante todo aquello no podíamos menos que preguntarnos ¿quién los educó?, ¿cómo fueron sus padres? y ¿qué tipo de formación dieron para retorcer tanto esas almas?, de tal suerte que más allá de la calamidad ya existente, llegaran a gozar con alterar al congénere, sobresaltándolo y llenándolo de angustia.

Sí, ciertamente fueron esos padres los primeros formadores que no llegaron a la meta de forjar personalidades estables. ¿Y los profesores? ¿Y las escuelas? ¿Y los colegios en los que se formaron? ¿Qué hicieron y qué ocurrió? ¿En qué punto se perdió la pista? ¿En qué momento se generó el equívoco, para permitir el crecer con deseos de perjudicar y dañar?

En tiempos de solidaridad, las diferencias ideológicas, políticas, económicas, sociales y culturales sobran. ¿Quién los educó, para preferir alterar que tranquilizar, para buscar hacer el daño antes que ayudar, para gozarse con la angustia y el dolor de los demás, haciendo tan mala siembra y permitiendo simplemente ser la cizaña junto al buen cereal?

Trabajemos en la mente, corazón y alma de niños y jóvenes para hacerlos capaces de descubrir al otro como igual y semejante, como el prójimo al que hay que tenderle la mano, ayudarlo y acercarse para cumplir con nuestra condición de persona humana. Que nunca más tengamos que preguntarnos en este país ¿quién los educó?, porque ya logramos alcanzar la meta de formar gente solidaria y buenos ciudadanos.

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