Edificios patrimoniales se integran a la UArtes
La ejecución de trabajos de readecuación en cuatro edificios emblemáticos de Guayaquil para integrarlos a la Universidad de las Artes (UArtes) es parte de todo un proyecto que tiene este centro académico superior para convertirse en una universidad abi
La ejecución de trabajos de readecuación en cuatro edificios emblemáticos de Guayaquil para integrarlos a la Universidad de las Artes (UArtes) es parte de todo un proyecto que tiene este centro académico superior para convertirse en una universidad abierta al público, al servicio de toda la comunidad.
Con su sede principal en el Palacio de la Gobernación, esta entidad educativa, inaugurada en 2014, contará en abril próximo con 1.400 alumnos, 190 docentes y 90 empleados administrativos, que reflejan un lógico crecimiento en sus distintas áreas y la necesidad de nuevos espacios para desarrollar todo su potencial.
Hace pocos días los ministerios de Conocimiento y Talento Humano, y de Cultura y Patrimonio firmaron las escrituras de traspaso del edificio donde funcionaba el SRI (calles 10 de Agosto y Pedro Carbo) y del edificio El Telégrafo, a favor de la UArtes. El primero estará destinado a laboratorios para la creación artística y a residencia de profesores y artistas. A El Telégrafo está previsto llevar la matriz de la universidad, que alojará al rectorado y otras áreas administrativas. Mientras que donde funcionaba la rotativa será un laboratorio experimental para artes escénicas.
A estos inmuebles se suman el del antiguo Banco de Descuento (diagonal a la UArtes), que será habilitado para la biblioteca; y el de la Bolsa de Valores, situado en la av. 9 de Octubre y Pichincha, que alojará en sus 8.200 m2 un Centro de Innovación Cultural.
El traspaso de estas dos últimas edificaciones -que como el resto, son parte del patrimonio arquitectónico de la ciudad-, se hizo el año pasado y las intervenciones ya comenzaron.
José María del Cioppo, ingeniero civil y director de Infraestructuras de la UArtes, dijo que los trabajos de rehabilitación y readecuación, por ejemplo, en el edificio de la Bolsa de Valores, incluyen el reforzamiento estructural y la demolición de un bloque.
Este edificio de estilo neoclásico presenta hoy una inclinación de hasta 50 cm en el sector que colinda con la torre La Previsora. Unos $ 5,6 millones costará el proceso y su entrega está prevista para abril o marzo de 2018, señaló a EXPRESO el rector Ramiro Noriega.
En el caso de El Telégrafo, las obras consistirán en liberar cargas, eliminar sobre pisos y ciertos recubrimientos, readecuación de espacios... El presupuesto estimado a invertirse aquí es de $ 2’500.000.
Romina Gámez, ingeniera miembro del equipo de Del Cioppo y administradora del contrato de la consultoría que se hace a este inmueble, dice que “se va a tratar de respetar mucho más lo que ya existe y simplemente adecuarnos, porque el hecho de que funcionará como oficinas, es algo que ya se venía haciendo en el edificio”.
La edificación que cobijó al SRI está en buen estado estructural aunque interiormente está muy deteriorado. De estilo moderno y construido en 1950, este inmueble necesita reparaciones en mampostería, pisos.
“Una vez terminada la consultoría, que está en trámites de aprobación en entidades como el Municipio, Bomberos, CNEL, se iniciaría el proceso de contratación y ejecución de las obras, que se estiman tomarán 12 meses”, explicó la Arq. Verónica Mateus, administradora del contrato del inventario.
Este edifico de 6 pisos, con un área de construcción de 2.900 m2, demanda una inversión de $ 1,9 millones.
El cuarto edificio, el del otrora Banco de Descuento, tiene un área 7.200 m2 y está en mejores condiciones. A mediados de este año atenderá allí la Biblioteca de la universidad especializada en disciplinas artísticas. Beneficiará a los estudiantes y toda la ciudadanía.
Daniel Pazmiño, un arquitecto retirado, que entre sus especialidades estuvo la rehabilitación de infraestructura escolar, cree que repotenciar edificios patrimoniales para un uso diferente implica un trabajo complejo, no solo por el deterioro que tienen los inmuebles. Ahora se necesita una cuestión más liviana -agrega-, incluso desmontable para poder, en un momento dado, abrir y hacer espacios más amplios, construyéndoles paredes de otro tipo.
Lo que nadie ha cuestionado hasta ahora es que este plan de la UArtes, como dice su rector, “es una herramienta de valoración, de protección, de desarrollo arquitectónico de la ciudad”.