Autoridad. El nuevo ministro de Exteriores de Brasil, José Serra.

Ecuador inaugura los roces diplomaticos con Brasil

En 24 horas, la luna de miel diplomática entre Brasil y Ecuador, que llevaba ya casi una década, se vio amenazada.

Después de que el gobierno de Michel Temer reemplazara a la socialista Dilma Rousseff, acusada de delitos de responsabilidad, Ecuador fue uno de los países que no solo brindó “un decidido respaldo” a la presidenta cesada, sino que no manifestó expreso reconocimiento del nuevo Ejecutivo brasileño.

Pero no solo eso. El canciller Guillaume Long creyó conveniente agregar al comunicado oficial del país y al pronunciamiento oficial de su despacho, declaraciones en el canal Telesur, de corte izquierdista. Desde ese espacio televisivo reafirmó su lectura del proceso constitucional del “impeachment”, que tuvo lugar en Brasil: “tumbar a una presidenta”. De eso se trata, a criterio de la cabeza diplomática ecuatoriana, la crisis de al lado.

Aunque días antes, Long ya había calificado de “golpe de Estado” el conflicto político interno de Brasil, no ha sido hasta el fin de semana, con el nuevo Gobierno carioca en funciones que ha recibido respuesta. Una sin tono conciliador.

El flamante canciller José Serra, crítico abierto del “ala bolivariana”, se encargó de la redacción de un comunicado de reclamo con nombres propios: Ecuador, Venezuela, Bolivia, Cuba, Nicaragua y el secretario general de Unasur, Ernesto Samper. El ministro de Exteriores rechazó “enfáticamente” las declaraciones de todos los enlistados a quienes acusó de “permitirse opinar y propagar falsedades sobre un proceso interno de Brasil”. En la misma declaración, una advertencia: “subirá el tono” si es necesario.

El gigante del Sur, principal miembro de la Unasur y hasta hace días aliado claro del ala bolivariana, es un punto de alto interés comercial para Ecuador. Prueba de ello es que, a inicios de año, ambos países trabajaban para intentar mejorar los números de su intercambio mercantil. ABP