Los representantes de los sectores bananero, camaronero, cacaotero y platanero cuestionan la forma en cómo en los últimos meses desde el Gobierno se ha venido divulgando las cifras oficiales, respecto a los resultados de las exportaciones versus las importaciones, en la que se concluye que existe un superávit, porque el país está vendiendo más de lo que compra al mundo. No obstante, este 28 de diciembre de 2022, a través de una rueda de empresa, se aclaró que esa es una verdad a medias, pues mayores ventas no significan mayores rentas. 

Esta data que se presenta, dijo José Antonio Camposano, presidente de la Corporación de Gremios Exportadores del Ecuador y presidente de la Cámara Nacional de Acuacultura, excluye una realidad que les ha afectado en mayor medida este año, como la coyuntura en el pago de tributos, el retiro de subsidios y el precio de cancelar por seguridad privada. 

Camposano reiteró que venta no es renta , "los exportadores no estamos ganando más; por ejemplo producir una libra de camarón cuesta 1,50 dólares y hay mercados internacionales que lo compran a 1,35 dólares. Una situación similar ocurre con el banano y cacao. En el momento que el dólar se aprecia, perdemos competitividad, porque nuestra oferta de exportación se vuelve más cara", dijo.

Agregó que la falta de competitividad es un problema latente, pues existen alrededor de 100 subpartidas de los insumos que requiere el sector para producir que siguen pagando aranceles. "La cadena primaria aún paga impuestos al Valor Agregado (IVA) sobre bienes de capital, insumos y materias primas, cuando la ley indica que esos bienes deben tener tarifa IVA cero, con el objetivo de evitar exportar impuestos".

A esto se debe sumar la eliminación del subsidio de diésel para camaroneros que posean predios de más de 30 hectáreas, esto aumentó el costo de producción a 16 centavos de dólares por libra, afectando al 82 % de la superficie camaronero a nivel nacional. De ese porcentaje el 30 % está en riesgo de quiebra, según Camposano. 

Otro punto que también inquieta a todos los exportadores es la inseguridad. En 2022, unas 63 personas vinculadas a los sectores productivos fueron asesinados por la delincuencia organizada y alrededor de 1.450 resultaron heridos, generando costos en atención hospitalaria y ambulatoria por más de 1 millón de dólares. 

A esto se suma la contaminación de carga en la exportación que ha registrado un alza alarmante en 2022. Se han generado cientos de denuncias por extorsión y amenazas, pese a que el sector privado invierte cerca de 150 millones de dólares por seguridad (custodia privada, cámaras, vigilancia, tracking de contenedores, etc.)