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La capacitación financiera y la disposición de nuevos servicios y herramientas tecnológicas aportan en este proceso de inclusión.Archivo / Expreso

Los usuarios de la banca se duplican en los últimos 4 años

En el 2020, hubo 8,5 millones de personas con acceso a productos financieros. Guayas es la segunda provincia con más clientes, después de Pichincha

Los últimos cuatro años, incluyendo el 2020, año en que la pandemia obligó a muchos a volcarse al mundo de las transacciones virtuales, fueron claves en términos de inclusión financiera. Este indicador, que en sus inicios (en medio de varias trabas) avanzaba a menor ritmo, llegó casi a duplicarse en ese tiempo.

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El dato se revela en un reciente estudio del Banco Central del Ecuador (BCE), que indica que en el país, hasta septiembre de 2020, había 8,5 millones de adultos que tenían acceso o recibían algún tipo de producto o servicio financiero. La cifra dista de los 4,8 millones que se registraron en el 2016, fecha desde la cual el BCE lleva el registro de estos datos sobre inclusión financiera. Del total de personas con acceso a la banca, 2,8 millones están en Pichincha y 1,8 millones en Guayas. En tercer lugar aparece Manabí (1,07 millones), superando a Azuay (940.000).

Las recientes restricciones de movilidad y de contacto durante la pandemia también aportaron a que nuevas personas y emprendedores adoptaran servicios financieros, dice Julio José Prado, presidente de la Asociación de Bancos Privados del Ecuador (Asobanca). No obstante, eso no habría sido posible si el mercado no hubiera estado preparado.

Prado atribuye esta mayor bancarización a los grandes esfuerzos que en los últimos años viene haciendo el sistema financiero, en términos de fomento y capacitación; en innovación, con soluciones tecnológicas y digitales que se acoplen a las necesidades del cliente; y en expansión de su cobertura, a través de los Corresponsales No Bancarios (CNB). Hasta noviembre existían 33.740 de estas unidades, 5.800 más que el año previo. Todo esto, aclara Prado, basado en la confianza que la gente tiene en un sistema que ya ha demostrado ser solvente y seguro, por la toma de decisiones reguladas y técnicas.

Expertos en el tema ven este avance con optimismo, pues una sociedad bancarizada, dice Xavier Villavicencio, ex intendente general de Bancos, ayuda al empuje económico de un país, motiva la formalización de negocios y su control, y facilita el acceso al crédito, evitando que la gente caiga en mecanismos de préstamos irregulares, como los que brindan los llamados chulqueros. No obstante, explica, aún existen varios pendientes. Coincide con Prado en la necesidad de una estrategia nacional que permita seguir fomentando una educación financiera para seguir incrementando la confianza de los usuarios, sobre todo en el uso de nuevas tecnologías.

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En un mundo digitalizado surgen nuevos riesgos, enfatiza Villavicencio, pero la banca, dice, está demostrando estar preparada para estos eventos. La filtración de datos, el episodio que hace algunos días vivió Banco Pichincha, solo fue un caso aislado, aunque puede darse en cualquier parte del mundo. Lo importante, indica, es ver cómo se resuelve este tipo de problemas.

Y en ese sentido, también cuentan la transparencia y la eficiencia de comunicación que se tenga con los clientes. Según Banco Pichincha, este hecho “no compromete la seguridad” de los recursos financieros de sus clientes. 

A mayor educación, mayor confianza, dice Villavicencio. Esa será la fórmula para que el país pueda seguir mejorando, incluso en su posición internacional. En el índice de inclusión financiera, publicado por The Economist Intelligence Unit 2020, Ecuador está en el puesto 15 entre 21 países de América Latina. Ecuador obtuvo 54 puntos. Colombia, que ocupa el primer puesto, tiene 82 puntos. 

Prado sostiene que, en este indicador,  Ecuador tiene menores puntajes por la debilidad en variables como la implementación de estrategias nacionales de educación financiera y digital, así como de estrategias de digitalización de pagos de gobierno. 

  • PARA SABER

TIPO DE SERVICIOS. De los 8,5 millones de ecuatorianos adultos que están en el sistema, el 72 % de ellos tienen una cuenta bancaria o depósitos a plazo, y un 28 % por haber accedido a crédito. El 4 % tiene cuentas corrientes y el 4 % depósitos a plazo.

NÚMERO DE CUENTAS. Hasta septiembre del año pasado, existían 28,1 millones de cuentas. La mayoría de ellas (6,9 millones) habían sido abiertas en Pichincha. En Guayas se registran 3,4 millones. Le siguen Azuay (con 2,1 millones) y Manabí (con 2 millones).