
Prorrogar cuotas por seis meses aumenta pago de deuda en 7 %
Desde la pandemia es cada vez más común la reprogramación de deudas como alivio al bolsillo
Prolongar el pago de las cuotas en los bancos puede dar un alivio financiero a las personas y los negocios. Sin embargo, a largo plazo, la medida también podría perjudicar el bolsillo de los deudores y elevar la morosidad en las entidades bancarias, según advierten expertos.
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Desde el pasado 31 de marzo hasta el 30 de septiembre del 2025, los ciudadanos que mantengan deudas vigentes en entidades financieras (públicas, privadas y del sector popular y solidario) pueden solicitar un aplazamiento temporal del pago de sus cuotas hasta por 180 días. Esto, tras una resolución emitida por la Junta de Política y Regulación Financiera de Ecuador, que les permite a los bancos y cooperativas ofrecer hasta seis meses de prórroga en los pagos de créditos vigentes.
La medida fue desarrollada en cumplimiento de la Disposición Transitoria Décima de la Ley de Mujeres Emprendedoras y aplica solo para el pago de las cuotas por vencer de las operaciones vigentes hasta marzo, o que estén por vencer al momento de acogerse a este alivio financiero.
Desde la pandemia, ya cuentan 4 de estos alivios financieros
No es la primera vez que desde el Gobierno Nacional se incentiva esta prórroga, cada vez más popular desde la crisis de la pandemia de COVID-19. En 2020 se estableció una. Un año después, cuando aún la pandemia no daba tregua, se ofreció la segunda. En octubre de 2024, por la crisis de inseguridad y de energía, se dio la tercera. Y ahora, tras la crisis climática que ha afectado a varias provincias del país, se establece por cuarta vez.
Aunque la resolución señala que queda en potestad de los bancos cobrar o no intereses por esta reprogramación de deuda, para la catedrática Sonia Zurita, experta en banca y evaluación de inversiones, lo más probable es que las entidades sí lo hagan, porque de lo contrario no obtendrían ningún beneficio al aplicar esta medida.
Por ello, advierte, si bien acogerse a una prórroga puede dar un respiro momentáneo a los deudores, los mismos deben tener en cuenta que pagarán, en promedio, un 7 % más de la deuda original. “Aparentemente el beneficio que da este alivio financiero es el tener más liquidez en el corto plazo, pero hace que la operación original sea más costosa. Por ejemplo, si debía $1.000 e iba a pagar $40 por intereses, con la prórroga terminará pagando $80 por intereses”, precisa
Si bien lo mencionado es un ejemplo de una deuda menor, la experta señala que ese 7 % podría significar un recargo grande, dependiendo del tipo de deuda y si los montos adeudados son grandes. Por ejemplo, cuando se trata de microcréditos, la tasa de interés que cobran las entidades financieras es más alta que la de los créditos de consumo. “La tasa de interés de un microcrédito suele estar por encima del 20 %”, advierte.
La Asociación de Bancos Privados del Ecuador (Asobanca) indica que la aplicación del mecanismo de diferimiento queda sujeta a la evaluación de cada entidad financiera. Y que cada banco, con base en el análisis de la situación particular de cada cliente, determinará la viabilidad de otorgar este tipo de alivio.
No obstante, pese a que esta prórroga no es una obligación para las instituciones, su repetición puede conllevar a un daño en la cultura de pago, elevar la morosidad, afectar la solvencia y desmejorar los indicadores financieros de los bancos y cooperativas. Así lo cree Edgar Peñaherrera, gerente de la Red de Integración Ecuatoriana de Cooperativas de Ahorro y Crédito (Icored), que acoge 50 instituciones financieras a nivel nacional.
“Lo que pasó en la pandemia es que muchas personas que se acogieron a estos alivios financieros no se recuperaron y simplemente no pagaron”, le dice a EXPRESO. Por ello, “para que la mediad funcione adecuadamente y sea un beneficio de parte y parte, el trabajo debe ser en conjunto entre la entidad y el cliente, para analizar cuáles son sus posibilidades reales de recuperación. Porque si no hay posibilidades, realmente es arrastrar el problema hacia delante”.
La prórroga de la pandemia aún afecta
Y es que la experiencia los ha vuelto cautos ante estas medidas de alivio financiero. Peñaherrera recuerda que en la época de la pandemia, Icored dio estas prórrogas para ayudar a la ciudadanía; pero cuando fue el momento de pagar, hasta el 48 % de quienes se acogieron a estos refinanciamientos no cumplieron y, al final, esos recursos tuvieron que ser asumidos por las entidades. “Una de las razones por las que las cooperativas tienen hasta ahora una alta morosidad es por esos impagos”, sostiene.
Aunque Peñaherrera señala que ante este sistema las entidades bancarias tienen más que perder que ganar, Zurita señala que las prórrogas les dan ganancias únicamente a los bancos, aunque a largo plazo, por lo que le recomienda al usuario no acceder a estos alivios a menos que en realidad los necesite.
Si bien estos diferimientos extraordinarios son opcionales, los expertos advierten que otra de las amenazas para las entidades financieras es que la repetición puede conllevar a que con el tiempo deje de ser una alternativa y se convierta en una política gubernamental de cumplimiento obligatorio, algo que afectaría el flujo de solvencia.
De acuerdo con la resolución, si bien no es obligatorio que los bancos cobren un extra por estas prórrogas, en caso de hacerlo deben aclarárselo con total transparencia al cliente.
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