Empacadora bananera de Babahoro, hacienda San José.
Los protocolos son indispensables en las empresas bananeras.Guillermo Lizarzaburo

Coronavirus en Ecuador: El agricultor no se confina, sale a trabajar

Estrictos protocolos sanitarios permiten que las bananeras no paralicen. El distanciamiento ha sido la clave en otros sectores.

“Eclipse total del amor”, de Lissette, suena en los parlantes de la empacadora número 2 de la hacienda San José, donde miles de bananas son lavadas, pesadas, etiquetadas y empacadas para enviarlas al continente europeo.

La balada suena, pero no perturba a las más de cuarenta personas que ni están enfermas con coronavirus ni están confinadas en sus casas.

El trabajo no ha parado para las más de 400 personas que hacen posible que la producción de guineo y de cacao de esta enorme finca, que queda entre Babahoyo y Pueblo Nuevo (provincia de Los Ríos), sea exportada a los mercados internacionales que demandan estos dos insignes productos del Ecuador. Lo único que ha cambiado es el control biosanitario dentro de este territorio privado.

La hacienda cuenta con tres enfermeras y una doctora de cabecera, que no está en el campo pero que les da los lineamientos y las indicaciones sobre los procedimientos para atender a las personas sospechosas o aquellas que resulten contagiadas con el coronavirus.

Hasta el martes pasado Jorge Sandoya, quien labora en la zona de banano de San José, reportaba a Diario EXPRESO que nadie del personal que está en la hacienda trabajando ha presentado síntomas ni ha sido detectado como positivo en COVID-19 y que, de darse el caso, se los enviará a la casa, se les hará un seguimiento y se medicará al trabajador y toda su familia.

A la finca llegan cada día dos buses con los trabajadores desde dos zonas, Valdivia y Pueblo Nuevo, poblados donde sí se han dado casos positivos.

Y a cada uno de ellos se le toma la temperatura al ingreso y aleatoriamente en sus sitios de trabajo, porque en San José se hacen labores de enfunde, apuntalamiento, deshoje, deshije, control de hijo de agua, control de maleza, riego, drenaje, en el caso de banano. Además deben pasar por los aspersores en los arcos de desinfección que también sirven para prevenir el fusarium raza 4. “Esto se hace con insumos inocuos para salud, es decir que no causan daños a la piel ni otro tipo de problemas”. Y en las cacaoteras se poda, se fertiliza, se cosecha, se riega. Es un emporio que no puede dejar de trabajar en ningún momento.

Allí nadie trabaja si no tiene una mascarilla. “Si alguien tiene temperatura alta lo mandan a la casa, pero le hacen un seguimiento por teléfono. La doctoral receta o lo autoriza a realizarse una prueba rápida”.

Y han tenido que llevar a cabo también adecuaciones en los comedores para que se cumpla la distancia, tanto entre las mesas como entre personas.

En la extensa zona agrícola de Los Ríos, y también en Guayas, cada sector tiene sus diferentes sistemas de protección, algunos menos formales, como es el caso de los arroceros, maiceros o cacaoteros, donde muchos campesinos en lugar de usar mascarillas y guantes practican el distanciamiento social.

Es el caso de Ney López, quien tiene 9 cuadras de cacao y ciclo corto en Jujan (Guayas) y que ha seguido preparando el suelo para la nueva siembra de arroz junto con su hijo, pues ahora hay un precio estable mayor a 30 dólares por saca y porque la “tierra tiene que producir para que el agricultor pueda vivir y el ciudadano comer”.

No es el único en la zona que practica el distanciamiento con la gente que labora cerca. Aunque muchos otros agricultores prefieren, como medio de protección o reducción de gastos, trabajar con su familia en las labores de campo.

En Milagro (Guayas), como en Jujan, el trabajo no se detiene, sobre todo para las empresas grandes como Valdez, que también sigue con las labores de campo en los canteros de caña de azúcar, aunque ahora con mayor mecanización. Tampoco se detiene el trabajo para los productores y comercializadores de plátano verde.

Y lo demuestra la imagen de una Toyota 1600, de esas bien antiguas, con dos pisos de plátano verde recorriendo la autopista Durán Boliche rumbo a la zona del 26 (Virgen de Fátima), que es uno de los grandes centros de comercialización de productos agrícolas de la provincia.

Tampoco se ha detenido la venta de productos agrícolas en El Deseo, en la vía al cantón Milagro, donde todo el comercio agropecuario se complementa con la venta de humitas de choclo con café y fritada.

A las piladoras de arroz con certificaciones de buenas prácticas de manufactura, se les ha hecho más fácil aplicar protocolos de protección contra la COVID-19, para estar mejor preparadas en sus procesos para este tipo de casos. 

En el sector bananero no hemos despedido a ningún trabajador, pese a la situación del comercio mundial, disminuido por la COVID-19. Por esta pandemia se ha invertido entre 500 y 1.000 dólares más por hectárea.

Richard Salazar, Director ejecutivo de Acorbanec

Hemos estado trabajando siempre desde el inicio de la pandemia, generando empleo, divisas y realizando innovaciones e investigaciones, a riesgo y cuenta propia. Vamos a seguir trabajando, esta vez más.

Vícto Haón, productor
Plátano
El plátano verde es uno de los productos de mayor demanda y menos precio.Guillermo Lizarzaburo

El plátano verde ha sido un soporte para la población de menores recursos, debido a su valor nutricional y a la cantidad de recetas de comida en las que se lo puede utilizar. Debido a su precio asequible (de 3 a 5 dólares por racimo), es uno de los bienes más demandados durante la pandemia de COVID-19, como también lo ha sido el banano. El comercio nacional de ambas musáceas se ha incrementado en los dos últimos meses.

Cosecha de arroz en Jujan
El arroz de cosecha son problemas.Guillermo Lizarzaburo

Los arroceros siguen cosechando en la zona de Guayas y algunos productores de maíz también lo hacen en Los Ríos. Otros maiceros aún tienen las mazorcas esperando que se sequen para poder desgranarlas. El precio va a depender de varios factores, pero el principal es la vuelta de la gente al trabajo o la reapertura de negocios como los restaurantes y asaderos, que demandan alrededor del 20 % de la producción nacional. Una reactivación de la demanda es vital para que se logre colocar la oferta.

Empacadora de banano en Babahoyo.
El banano se exporta a EuropaGuillermo Lizarzaburo

La mayor movilización de personas que existe ahora en buena parte de Europa ha hecho que la actividad bananera en Ecuador no se detenga. La Asociación de Comercialización y Exportación de Banano (Acorbanec) señala que todo está volviendo a la normalidad en los mercados del Viejo Continente. Aunque también el mercado de Medio Oriente está aumentando la demanda, no así China, que se abasteció de fruta barata durante los meses pasados.