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La afectación a raíz del COVID-19 ha sido el más fuerte que ha enfrentando el sector cultural.Cortesía

El 89 % de trabajadores culturales perdió sus ingresos

El sector artístico publicó las cifras de precarización laboral en un encuentro iberoamericano.

Testimonios aterradores y cifras inconfundibles sobre la precarización laboral del sector cultural se hicieron públicos ayer durante el sexto Encuentro Iberoamericano de Arte, Trabajo y Economía, que se llevó a cabo de manera virtual.

En este, Pablo Cardoso, director del Instituto Latinoamericano de Investigación en Artes (ILIA), difundió el informe más reciente sobre condiciones laborales, que determina, entre otros datos, que a raíz de la pandemia de COVID-19 el 89 % de los trabajadores del sector cultural del Ecuador perdieron sus ingresos; y que de estos, el 51 % mantiene dos o más trabajos para subsistir.

“El 72 % de esas pérdidas, que responden a un promedio de $ 600 mensuales, es permanente, pues se trata de ingresos que no se podrán recuperar por dificultades en la reactivación del sector”, analizó el investigador.

Adicionalmente el informe arrojó que, para el 59,2 % de quienes laboran en el sector, la totalidad de sus ingresos es para cubrir la canasta básica y no les permite ahorrar.

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Los ingresos de lo trabajadores del sector se han visto fuertemente afectados.Teddy Cabrera

Para Gabriela Montalvo, economista y máster en Estudios de la Cultura, esto significa que los procesos de recuperación de la actividad cultural están mal planteados, y que desde el Estado se deben generar políticas de apoyo que sean acordes a la realidad financiera del mismo.

“Se necesitan políticas de protección, en lugar de fomentar las industrias creativas con créditos a los que es difícil o imposible acceder cuando no hay una capacidad de ahorro (...) Lo que tenemos son oleadas de trabajadores precarizados a los que se les permite sustentar la vida sin condiciones de estabilidad”, enfatizó.

Con ella concordó la catedrática y gestora Paola de la Vega, quien se refirió a la política cultural en países como Francia, que contempla ayudas para el desempleo en el sector, y de políticas que cuidan a los trabajadores culturales en contraposición a una cultura "desvalorizada y feminizada". 

“La intermitencia laboral es una vieja preocupación para los trabajadores de la cultura (...) Las políticas e instituciones que dan protección y cuidado subyacen en la idea de la valoración del arte y de políticas que no dependen de fondos esporádicos y que muchas veces huelen a caridad”, dijo.

El documento añade que, además del limitado acceso a fondos estatales y privados para la realización de eventos y programas culturales, desde 2015 los costos de producción han continuado encareciéndose, lo que conlleva una nueva traba para los gestores. 

El encuentro concluirá el jueves 12 de noviembre. Todos los paneles podrán verse de manera gratuita a través de la página de Facebook de Arte Actual de la FLACSO. 

La seguridad social no se cristaliza

El documento determinó que el 59 % de los trabajadores de la cultura no cuentan con seguro social, una medida que existe en la Ley de Cultura desde 2016, pero que en la práctica no se ha aplicado.

 En 2017, acorde con la normativa, el IESS presentó el programa de afiliación, que costaba $ 66 mensuales y cuyo acceso se hacía a través del Registro Único de Artistas y Gestores Culturales (RUAC). Pese a ello, gestores denunciaron las dificultades para acceder al mismo y, sobre todo, cumplir con los pagos requeridos, puesto que la mayoría recibe pagos con factura o desembolsos que tardan varios meses en cancelarse.