Las figuras de piedras, que datan de miles de años, fueron extraídas a pocos metros del museo arqueológico.

Dos museos atesoran la historia de un pueblo

En la comuna Agua Blanca, dos galerías recogen el pasado de al menos cinco culturas. Algunas figuras prehispánicas revelan la similitud con los lugareños.

En el museo arqueológico de Agua Blanca se guardan vestigios de los pueblos que habitaron la región. Vasijas de barro, piedras para moler, cabezas de figurines, sellos que usaban los ancestros para adornarse y pintarse el cuerpo, cuchillos de obsidiana (piedra de origen volcánico), urnas funerarias, collares de oro, bronce y plata entre otras herramientas que utilizaron varias culturas que se asentaron en la región de la parroquia Machalilla de Puerto López, especialmente la Manteña de Salangome, se muestran allí.

Se pueden encontrar fotografías de personas que habitan en ese lugar con sus rasgos que se asimilan a figuras prehispánicas que datan de miles de años y que reposan en este centro histórico y cultural.

Rolando Ventura, uno de los 30 guías locales que existe en la comunidad, explicó que estas piezas son parte del material prehistórico que se extrajo de varios asentamientos, en las excavaciones que realizaron científicos extranjeros y ecuatorianos en el año 1979, entre ellas 650 estructuras precolombinas de piedra.

“Desde esa fecha se siguen encontrando más restos arqueológicos, con la erosión de la tierra por épocas invernales continúan apareciendo restos y son rescatados por la misma comunidad, que por el lapso de 30 años ha mantenido este sitio intacto como un templo sagrado”, indicó el guía.

Ventura recordó que a pesar de que no cuentan con un título académico conocen más allá de la historia de sus ancestros, pues viven el día a día autoeducándose científicamente con los arqueólogos extranjeros que ahora comparten sus conocimientos con ellos en esa zona.

Algo que llama la atención en el museo arqueológico de Agua Blanca, son las fotografías de algunos nativos en esa zona y que están colocadas junto a figuras de barro prehispánicas.

El segundo museo localizado a 200 metros del centro del pueblo y que está ubicado entre los árboles, lleva el nombre de ‘La Casa de Los Abuelos’, una pequeña edificación de caña, madera, esquinche y cade, dividida en seis departamentos; cada uno guarda recuerdos, como las primeras herramientas que se utilizaron hace más de 100 años para cortar la madera (serrucho), planchas de hierro, candelabros, fusiles y hasta una cama de caña y palo como la que usaban los ancestros.

“Estas piezas las guardaban nuestros abuelos y decidimos rescatarlas con toda la comunidad para la creación de un museo, esto es parte de nuestra historia ancestral, aquí existen armas como la escopeta de chimenea, la sierras manuales para cortar la madera, balanza de metal y madera, una de nuestras cocinas tradicionales, la cama de petate y madera y planchas a carbón”, indicó Raúl Ventura, presidente de la comunidad de Agua Blanca.

Construcción

El museo fue construido en el año de 1990 por los propios habitantes de esa localidad y los arqueólogos Colín McEwan de nacionalidad estadounidense y la antropóloga ecuatoriana María Isabel Silva, quienes fueron los encargados de investigar los asentamientos en esta zona desde 1985 a 1990.

Estilo ancestral

Ambos museos son construidos con técnicas ancestrales, techos de hojas de palma con aperturas en sus partes altas para usar luz natural, sus paredes son de bahareque (mezcla de estiércol de vaca y burro y caña picada) y el cade. Existen las culturas Valdivia, Machalilla, Chorrera, Bahía, Guangala, entre otras.

Pozos

Un kilómetro al norte de la población existen dos pequeñas albarradas, llamadas por sus habitantes “pozos sulfurosos”, rodeados de enormes piedras. Aquí las mujeres acuden a lavar sus prendas de vestir y estas en vez de utilizar detergentes o jabón para sacar la mugre usan el fruto del barbasco (árbol nativo de la zona).